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lunes, 10 de febrero de 2014

NADA QUE HACER

El Sevilla salió enchufado, se adelantó en el marcador y rozó el segundo en varias ocasiones. Pero en el minuto 33 Teixeira Vitienes metió en el encuentro a un Barça que hasta entonces había estado desaparecido. Nada fue igual desde entonces y la pegada tampoco acompañó (VER VIDEO RESUMEN DEL PARTIDO)
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No se le puede reprochar nada. El Sevilla cumplió esta noche e hizo lo que estaba en sus manos. Doblegar al Barcelona es algo que exige dos requisitos: rozar la perfección y esperar a que la actuación arbitral no sea decisiva. El Sevilla cumplió en lo que le tocaba, al menos hasta que se sintió con fuerzas, pero en el otro aspecto no hubo suerte. Con la primera media hora de juego cumplida el equipo ganaba 1-0, había estrellado un balón al palo y Rakitic había rozado el segundo. Pero llegó el minuto 33 y Teixeira Vitienes, como ocurrió en la pasada campaña ante los azulgranas con Mateu Lahoz, se convirtió en protagonista indiscutible de una noche que se torció de manera irremediable desde entonces. El colegiado pitó una más que discutible falta de Pareja en un corte en el que el argentino toca balón. Messi saca la falta y Alexis en clamoroso fuera de juego marca. El gol sube al marcador y ahí se comienza a romper un choque que hasta ese momento el Sevilla había tenido en su mano con total merecimiento.
El fútbol, o Teixeira, pagó la brillante media hora de juego del Sevilla con el más amargo de los desenlaces. El equipo de Emery  hizo un primer tercio de partido magnífico. Desactivó al Barcelona, le presionó con mucha inteligencia y le hizo daño a la contra una y otra vez hasta que en el minuto 15 Alberto Moreno abrió el marcador tras un jugadón de Rakitic. El Barcelona no estaba por mérito de los nervionenses, que jugando con un 4-2-3-1, dificultaban mucho su salida de balón y creaban las mejores ocasiones. Bacca, con un cabezazo al palo tras falta botada por Rakitic, y el propio Rakitic, totalmente solo, tuvieron el segundo, que sin duda se antojaba mucho más cercano que el empate. Pero entonces llegó la jugada de autos. Teixeira Vitienes dijo aquí estoy yo y metió al Barcelona en el partido. Pitó una falta más que rigurosa de Pareja, que acabó con gol de Alexis en clarísimo fuera de juego. El Barça, sin creérselo, revivía merced a la gracia arbitral. El choque se abrió y el Sevilla se dejó ir por su convencimiento, plateando un cuerpo a cuerpo que resultó fatal, cuando Messi finalizó con un disparo inapelable una contra al filo del descuento. Un minuto antes Teixeira pita una mano a Song, que tenía amarilla, pero le perdona la segunda.    En la reanudación, el Sevilla se envalentonó y salió metiendo la quinta, buscando de nuevo las cosquillas a los azulgranas, presionando con mucha agresividad. Dispuso de dos clarísimas ocasiones, pero primero Vitolo definió demasiado cruzado, teniendo solo a Bacca en la izquierda, y luego Gameiro se encontró con un paradón de Valdés, cuando remachaba un rechace del meta a disparo de Bacca. Tanta misericordia contra el Barcelona cuesta caro. Alexis tuvo el tercero, aunque no afinó. Messi, en cambio, hizo diana en una nueva contra, con el Sevilla roto, tal vez demasiado pronto. De ahí al final el fútbol fue lo de menos. El Sevilla hizo lo que pudo, pero siempre falto de convicción, herido en su orgullo, mancillado por la cara más cruel del fútbol, esa que premió una primera media hora de matrícula de honor con un gol ilegal, una expulsión no señalada y un segundo tanto en el llamado minuto psicológico. 

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