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martes, 17 de diciembre de 2013

CRÓNICA: SEVILLA 1-1 ATHLETIC CLUB

  • BETO EL SALVADOR

  • No faltó casi de nada en un clásico de la Liga. Nervión asistió complacido al duelo entre Sevilla y Athletic, que pelearon por cada palmo de terreno en un esfuerzo conmovedor. Un choque atractivo, de ida y vuelta, donde el Sevilla fue superado en muchas ocasiones por el infatigable fútbol de los de Valverde, supersónicos sus jugadores, adictos al vértigo gracias a un físico intachable. Juega el Athletic a un ritmo considerable y le da igual hacerlo en su nuevo estadio que en el añejo Ramón Sánchez Pizjuán. Es una delicia ver a Muniain recuperado o a Iturraspe convertido de nuevo en un mediocentro de categoría. De Marcos y Toquero, a su vez, aportan tanta pasión como constancia en la presión al contrincante. A ese ritmo, futbolistas como Beñat no tienen aire para lucir su fútbol. Tampoco otros en el Sevilla, caso de Reyes, asfixiado ante tanta ida y vuelta. Ni Vitolo o Carriço, un central convertido en mediocentro que fue desbordado una y otra vez. Ni siquiera Bacca, el mejor delantero del Sevilla esta temporada, que acabó frito tras verse rodeado una y otra vez por rivales. Tampoco tenía a Rakitic, su faro y guía, fuera por sanción.En un duelo jugado a la carrera, sin pausa, casi siempre llegó un jugador del Athletic antes que uno del Sevilla. Convertido el encuentro en una guerra de guerrillas, le faltó a los vascos precisión en el remate. Actuando a esa velocidad, con tanto desenfreno, tener calidad para definir lo elevaría a los altares.Intenso pero sin gol, el Athletic marcó en un regalo del Sevilla y desperdició un penalti de Bacca después de una mano involuntaria que el asistente de Undiano convirtió en pena máxima. Susaeta le pegó fuerte. Emergió Beto con un paradón. El empate premió la pelea del Sevilla, aunque quizás el Athletic mereciera un poco más. Unai Emery retocó su once titular, dejando fuera a Iborra y apostando por Carriço junto a M’bia. La apuesta no fue demasiado exitosa, hasta el punto de que no tuvo más remedio que enmendar su planteamiento en la segunda mitad. Carriço volvió a la zaga y Cala, sustituido por Iborra, quedó señalado. En un partido marcado en rojo por el entorno del Sevilla, Emery modificó lo que le venía saliendo bien. El resultado, un empate que corta la progresión del equipo andaluz justo cuando se enfrentaba a uno de sus principales rivales en la pelea por puestos europeos.

        Miguel Ánguel Vazquez @MigAnVazquez

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