En una semana en la que el Tenerife se jugaba algo más que tres puntos
ante un rival directo por la permanencia, el club decide desviar la atención
de lo importante y se dedica de manera casi apresurada e improvisada a despedir a los que ya no cuentan como si de una carrera se tratara. Lamentable
cómo se ha gestionado por parte del club las salidas, las consecuencias aun más
lamentables, el vestuario desconcertado y con la incertidumbre de si ¡seré yo el
siguiente!, de ahí en mi opinión el descalabro de hoy, el partido se empezó a perder el jueves y ahora a lamentarse. Tenemos tres partidos por delante igual de
vitales que el de hoy y de sacar algo positivo de esos partidos pasa la
salvación. Espero que el club sepa reconducir la situación por que se nos va la
vida y la categoría en ello.
Pedro Marrero.
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