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jueves, 27 de agosto de 2015

ILLARRAMENDI VUELVE A CASA

"Quizá mi regreso a casa ha llegado algo pronto, pero siempre dije que volvería". "En dos años he ganado 4 títulos, no me ha ido tan mal". Firma por 6 años.

Retorno del hijo pródigo a sus raíces, donde siempre le han querido, como ha dicho su amigo Íñigo Martínez. Pero no sólo en Guipuzcoa le quisieron. Florentino Pérez no se lo pensó dos veces tras la extraordinaria campaña que realizó el de Mutriku, a sus 22 años,en el curso 12-13, siendo el timón de aquella Real que se clasificó para la previa de la Champions, cuya guinda del pastel fue la famosa Eurocopa sub-21. Fue uno de los componentes de aquella "españolización" llevada a cabo por la entidad madridista junto con Isco o Carvajal. La operación se llevó a cabo por unos 39 millones de euros, y muchos por aquel entonces no dudaban de que merecía la pena tal desembolso por el jugador donostiarra; su retorno, 16 "kilos".

Ancelotti siempre daba la cara por él, insistiendo en que era un futbolista importante. Pero lo cierto es que nunca consiguió la titularidad ni el rendimiento esperado, ese que llamó la atención de todos. Muchos no perdonaron aquel fallo clamoroso contra el Borussia de Dortmund en los cuartos de final de la edición de la famosa Décima. Se le vio muy dubitativo, sin confianza, pocas veces daba pases en profundidad y hacia adelante. En menos de once meses pasó a ser un indeseable para la afición madridista, que sospechaba que no podía dar más de sí, que el Madrid "le viene grande". Es un ejemplo más de una interminable lista de jugadores que deslumbraron en otros clubes pero que en el mejor club del siglo XX no pudieron destacar.

A pesar del "amor eterno" jurado por Carletto, llegó Lucas Silva para completar el centro del campo, y este verano el croata Kovacic. Y es que Rafa Benítez también llego a decir que contaba con Asier. Sus ganas de luchar por triunfar en lo más alto se acabaron con la llegada del ex-jugador del Inter de Milán, y a pesar de las "novias" de la Premier, el txuri-urdin ha preferido el calor de su amada casa, donde le vieron crecer, tanto futbolísticamente como personalmente. Prueba de ese calor es que ahora lucirá el dorsal 4, que ha quedado libre tras la marcha de Elustondo. 

Competencia tampoco le faltará, pues pelea por un puesto con jugadores como Esteban Granero o Rubén Pardo. Es posible que su retorno haya sido precoz, pero quizá acertado. El tiempo acabará dando la razón a Illarramendi y al bien del fútbol español en general.

Artículo hecho por (@mIk1_R)

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