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sábado, 16 de abril de 2016

CRÓNICA: GETAFE 1-5 REAL MADRID

UN EQUIPO EN ESTADO DE GRACIA

El Real Madrid golea a un tímido Getafe que fue maniatiado durante toda la primera parte. Los blancos se colocan a un punto de su máximo rival por el título liguero y el Getafe en cambio es el nuevo colista.

Zidane había avisado durante la semana del gran peligro que entrañaba este partido. Un encuentro trampa tras la euforia de la remontada frente a un equipo necesitado de puntos como el comer.


Un rival que estrenaba entrenador y que buscaría aprovecharse de la más que posible excesiva confianza de los locales. Pero el guion no fue ese ni mucho menos. Los blancos tomaron el mando desde el minuto 1 y lanzaron con sus cañones disparo a disparo a la puerta defendida por Guaita.


Parecía que el toque de atención del míster francés había surtido efecto, y así lo hizo ver Cristiano con sendas ocasiones una de ellas al palo. El mediocampo en la tarde de hoy formado por James, Isco y Kroos se divertía y disparaba desde lejos en busca de un premio que poco a poco se acercaba. El que la sigue la consigue como suelen decir.


Con un James entonado y un Isco en plan estelar, la empresa parecía más sencilla. Y cerca del minuto 30 tras varias ocasiones desbaratadas por el Getafe y por el palo, Benzemá abrió la lata tras un magnífico pase del colombiano que se estaba reivindicando de una manera clara.


El Getafe casi no había dado señales, su delantero Álvaro Vázquez era una isla arriba y su defensa aguantaba el chaparrón como podía, sobre todo Vigaray, el cual cometió dos penaltis sobre Cristiano empujándole en un par de ocasiones.Todo un muñeco en las manos blancas el equipo azulón que se iba al descanso dos goles abajo tras una magnífica jugada hilada por Bale, Benzemá y un finalizador sorpresa que hizo del Alfonso Pérez su pista de baile particular.


Hablo de Isco. El malagueño anotó un golazo con una definición con el exterior de estrella para casi certificar una victoria que acercaba un poco más a su equipo al Barcelona.


Comenzaba la segunda parte y parecía que los blancos tenían ganas de acabar ya por completo por el partido y frenar una posible resurrección de unos getafenses desaparecidos en combate en la primera parte, anclados en las internadas de Sarabia y Yoda.


Y el plan salió perfecto, ya que en el minuto 50 se metía el tercero. Lo marcaba Bale tras una magnífca asistencia de un hombre que radió un gran partido. Karim marcó un gol y dio dos asistencias, después de la mala noticia de su no participación en la próxima Eurocopa de su país parece que este partido le ha servido para coger fuerzas y moral. El Madrid es su medicina ante los problemas.


Con el partido resuelto llegaron los cambios con las vistas puestas en el próximo partido del miércoles frente al Villarreal. Era el momento de reservar a jugadores y el primero fue Carvajal entrando en su lugar Nacho, le siguieron Lucas y Jesé por Benzemá y Bale, solo sobrevivía el luso de la BBC.


Cierto es que la sensación de control la habían perdido los visitantes, pero el Getafe a pesar de llegar más y ser más valiente aún no creó del todo un peligro preocupante. Y el poco que creó se encargó de desbaratarlo el gato costarricense.


El Madrid dio un paso atrás que dio vida a los azulones que por unos momentos supieron coger la batuta del partido y meter el miedo en el cuerpo a los merengues, incluso con un gran gol de Sarabia producto de un buen zapatazo desde la frontal.


Zidane desde la banda se desgañitaba preso de los nervios y de una posible remontada de los locales debido a una excesiva relajación. Pero el Madrid puso la cuarta y mettió, valga la redundancia, el cuarto obra de James tras un centro de Lucas Vázquez. Día para reivindicarse sí señor. Este Madrid tiene a todos enchufados en busca de un posible doblete.


Ya puesta la cuarta, por qué no poner la quinta y correr en una autopista que dejó un rival herido por los cuatro goles recibidos, conscientes de que esa no era su verdadera guerra. 


El quinto lo metió el héroe de la remontada, pero no fue un golazo ni mucho menos. El tanto del luso fue una obra de caridad de su compañero Jesé que le cedió el balón para que solo tuviera que empujarlo y acercarse a un más a una nueva bota de oro que sumar a sus vitrinas repletas.


El portugués el cual llevaba todo el partido intentando marcar su gol número 31 conseguía así el premio que tanto llevaba buscando durante el partido, ya son 20 los goles frente a el Getafe. Una de sus presas preferidas, al igual que para su equipo.


Los de Esnáider saben que les vienen partidos importantes y que ahí es dónde verdaderamente se jugarán los garbanzos. Hoy dejaron detalles de que es un equipo que no se rendirá, pero frente a un equipo en este estado de gracia poco se puede hacer.


Ya van 7 partidos consecutivos ganando en Liga. Este es el único camino para ganar la 33.


Artículo hecho por (@jorgemartin77)

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