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"CRIMEN Y CASTIGO" CRÓNICA DE UN DESCENSO ANUNCIADO
Al más puro estilo de la obra literaria de Fiodor Dostoyevski la temporada 2016/17 en primera división del Granada C.F. puede resumirse así: crimen y castigo. "Crimen futbolístico" el perpetrado por esta plantilla infame que ha ido arrastrando el escudo por los campos de la liga Santander. "Castigo" traducido en un descenso a Segunda División que era, como diría Gabriel García Márquez "una crónica de descenso anunciado". Los síntomas eran claros y desde que empezó la temporada en manos de Paco Jémez el equipo y el club mostraban terribles síntomas negativos de planificación que han destruido al equipo desde dentro, haciéndolo implosionar en esta recta final de temporada. Vamos con la evolución "horribilis" de la temporada nazarí:
Los hombres de Paco.
El verano por Granada, con la desvinculación de Pozzo (no completa hasta la actualidad) y la entrada del inversor chino Jiang Lizhang, se presentaba muy movido. Este enorme trasvase de poder también conllevó la entrada en el juego del grupo "Media Base Sports" que a la postre ha resultado ser un auténtico pozo sin fondo. Gran cantidad de fichajes en catarata, la mayoría de ellos cedidos y fichados con el "ojo clínico" de un director deportivo que será recordado por Granada como uno de los artífices del descenso: Piru Torralbo. Provenía del Real Madrid, concretamente el Castilla y venía con esa reputación que él mismo ha dilapidado en esta temporada. Su visión deportiva un fue auténtico galimatías y la elección de entrenador no pudo haber sido peor, conduciendo inexorablemente a su futura destitución. Paco Jémez, tras su descenso con el Rayo Vallecano en la anterior temporada a Segunda, abandonaba al club de Vallecas para comandar este nuevo Granada con tintes orientales y al mismo tiempo de Barcelona (Pere Guardiola, Sergi Vietta etc.). Los hombres de Paco levantaban expectativas positivas, incluso algunos se ilusionaban con Europa...nada más lejos de la realidad.
Tras seis jornadas iniciales donde el Granada comenzó a experimentar graves problemas y tan sólo con 2 puntos, Paco Jémez fue destituído. Paco, listo como pocos "ayudó" a su cese, no sin antes decir muchas veces que la dimisión no iba con él (más bien lo de perder dinero). Su carácter irrespetuoso añadido a los graves problemas de base originales, más la llegada tardía de la mayor parte de los fichajes sin aclimatación alguna en pretemporada, fue un verdadero cóctel molotov. Una vez acabada la etapa de los hombres de Paco, Lluis Planagumá, entrenador del Granada B se hizo cargo del equipo por un breve espacio de tiempo hasta que el club recurrió para el banquillo a un viejo conocido de la parroquia rojiblanca...
Alcaraz, el hijo pródigo regresa a casa.
Lucas Alcaraz, granadino de origen y de corazón regresaba en la octava jornada de liga al club de sus amores para intentar salvar la situación del Granada. Quedaban muchas jornadas y todo era posible. El problema con el que no contaba Lucas era la terrible plantilla que tendría que dirigir (y lidiar) con ella. Su comienzo con abultada derrota (7-1 ante el Atlético de Madrid) era un preludio de lo que venía por delante. Los fichajes de invierno, llevados a cabo por un Piru más que cuestionado (Adrián Ramos, Wakaso, Héctor...) ayudaron a mejorar ligeramente las sensaciones del equipo, pero no salvaron a su director deportivo de la destitución el 20 de febrero.
Durante toda su estancia, desde la jornada 8 a la 31, Alcaraz consiguió un total de 6 puntos en forma de empates (Sporting, Deportivox2, Valencia, Málaga y Osasuna) y las únicas 4 victorias de toda la temporada ante Sevilla, Betis, Las Palmas y Alavés (12 puntos). En definitiva 18 puntos que sumados a los 2 de Paco Jémez dejaban al club en la jornada 31 de liga con 20 puntos en el penúltimo puesto. El malísimo ambiente que ya se respiraba en el vestuario, añadido a la nula reacción del equipo para salir del descenso hizo que Alcaraz explotará contra el club en una
rueda de prensa "incendiaria" al acabar el Granada 1-3 Valencia. Poco después sería cesado por Lizhang, para ser reemplazado las últimas 7 jornadas por el hombre de confianza del presidente...
La familia Adams.
Después del ridículo final ante el Valencia, Tony Adams el legendario defensa central inglés del Arsenal, ahora reconvertido en vicepresidente de Media Base Sports y al mismo tiempo confidente del presidente Lizhang, se convierte en el nuevo entrenador del equipo. Tony venía con la intención de "patear el culo a los jugadores" literalmente según sus declaraciones. Pero la realidad es que fue a él al que dieron de bruces con la realidad de una plantilla tóxica. Siete jornadas finales donde no sólo se confirmó el descenso final, sino que no se logró nada más que derrota tras derrota y ridículo tras ridículo. Un final de temporada digno de la "familia Adams". Cuando todo estaba ya decidido, Adams comenzó a lanzar "dardos selectivos" a los anteriores inquilinos (véase familia Pozzo) pero el mal ya estaba hecho. El Granada terminaba como colista de la liga con 20 puntos, 4 victorias, 8 empates y un total de 26 derrotas. 30 goles a favor y 82 goles en contra, batiendo con este último dato un registro histórico en la Liga. Ochoa se convertía en el portero más goleado de la historia de la liga española, superando el récord que ostentaba hasta entonces Aizpurúa (Unión Deportiva Salamanca, temporada 1994-95). Dantesco.
El crimen perfecto. El descenso merecido.
La entrada tardía en el club del presidente Lizhang añadida al lamentable asesoramiento de la organización Media Base Sports, encabezada por Pere Guardiola, más un director deportivo nefasto como Piru Torralbo, fue el comienzo del caos. Jémez sufrió en sus carnes ese caos añadiendo a la mezcla sus "ataques de entrenador" totalmente fuera de lugar, Alcaraz intentó superarlo sin éxito acabando sobrepasado y finalmente Adams tuvo que tragar el marrón de una temporada destinada a un sólo final: el descenso de categoría. Un vía crucis inmerecido para el mejor jugador de esta y de todas las temporadas: la afición del Granada. Mientras la plantilla (salvo Ochoa y pocos más) era insensible y pasaba del escudo que defendía, los aficionados sufrían jornada a jornada viendo a su equipo sin alma, sin lucha y sin entrega. El lema del club reza "luchar para ganar". Esta temporada ha quedado manchado y arrastrado por los campos de Primera.
Comienza una etapa de reflexión seria en Segunda, con un nuevo director deportivo como Manolo Salvador y a la espera de un nuevo técnico y prácticamente una nueva plantilla. Lo que ha tenido lugar esta pasada temporada no puede volverse a repetir. Esta afición no lo merece. Granada debe volver a ser un club de Primera, pero con una plantilla que realmente sienta los colores rojiblancos.
Volveremos.
Artículo hecho por Manuel de la Iglesia Hernández (@MrManu_8)
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