En la vida se abren y se cierran puertas, que todos, pasado un tiempo cumplimos un ciclo y debemos volver a empezar en un nuevo lugar, eso mismo ha debido pensar Camacho, que tras más de 6 temporadas, abandona el Málaga para fichar por el Wolfsburgo.
Época de cambios en La Rosaleda, adiós a una serie de
jugadores que han sido partícipes del mejor Málaga de la historia, tras las
marchas de pesos pesados como Duda y Weligton, el turno de despedidas ahora es para Ignacio Camacho. Con la marcha
del maño, el mediocampo del Málaga queda
huérfano, se va el alma del equipo, el encargado de equilibrar
ataque-defensa del cuadro andaluz. Se va
la fuerza, el músculo, la contundencia, las ganas, se va una seña del
malaguismo.
Inicio prometedor y
titularidad merecida
En la temporada 2010/11 el Málaga coqueteaba con los puestos
de descenso y no dudaría en acudir al mercado invernal para salir del pozo. En Enero de 2011, el Málaga pagaba un
millón y medio al Atlético de Madrid por un joven Ignacio Camacho, que
prometía en convertirse en uno de los mejores mediocentros defensivos a nivel
nacional. Esa temporada, Camacho fue importante para el resurgir malaguista y consiguió ser un hombre importante en la
permanencia del equipo malacitano en la élite del fútbol español.
En la siguiente temporada,
la 11/12 el Málaga realizó una
inversión muy grande durante el verano y fue efectiva, hasta tal punto que el
equipo andaluz terminó en cuarta posición, clasificándose por primera vez en su
historia para la Champions League. A nivel colectivo, fue un año inolvidable,
aunque fue demasiado duro para Camacho, que solo disputó 14 encuentros entre liga y copa, siendo suplente pero mejorando a pasos agigantados a la sombra
de un gran pivote como Jérémy Toulalan.
Arrancaba una temporada histórica para el Málaga y Camacho
no tenía interés en ser un hombre más de banquillo, a base de trabajo y sacrificio, consiguió hacerse un fijo en las
alineaciones de Pellegrini. El técnico chileno le dio galones en la medular
blanquiazul y comenzó a ser un pilar
básico. Cuajó una temporada para enmarcar, llegando a los 50 partidos disputados en la temporada
12/13, siendo clave en liga y en la Champions, donde los malagueños
llegaron a los cuartos de final. En esa temporada, anotó 3 goles pero especialmente
demostró ser un muro en el centro del campo y empezó a enamorar a la afición
malaguista.
Personalidad y
trabajo
Tras dos temporadas siendo un equipo puntero, los problemas
internos sacudieron al Málaga, que se vio obligado a reconstruir al equipo de
nuevo, pero sin llegar a ser nunca ese equipo que se codeó con los más grandes.
El nuevo proyecto tenía como una de las
bases, Ignacio Camacho. A pesar de las múltiples ofertas, el maño decidió
seguir en el Málaga, demostrando su
compromiso y fidelidad. En la 13/14,
se echó el equipo a la espaldas y anotó
hasta 5 tantos, su temporada más goleadora, salvando en múltiples ocasiones
a los suyos.
Con la llegada de Javi Gracia al banquillo malaguista, Camacho seguiría siendo pieza clave en el plantel malaguista, pero entonces aparecieron los problemas en forma de lesiones. A pesar de las constantes semanas en la enfermería, Camacho trabajaba día a día destajo para volver a defender la camiseta del Málaga. En la 14/15, consiguió disputar 28 encuentros.
En la siguiente temporada, las lesiones no desaparecería,
tal era los problemas musculares, que apenas pudo jugar en la primera parte de
la temporada 15/16 cuando la situación fue crítica, el equipo llegó a estar
último en la zona de la tabla y siendo eliminado
de la Copa del Rey a manos del Mirandés, pero entonces apareció Camacho junto a otros veteranos, no se
escondió en los momentos de dificultad, dio
la cara y fue uno de los encargados de levantar un vestuario que parecía
abocado al descenso. Su papel fue
importante no solo en los 24 partidos que disputó esa temporada, también en el aspecto anímico, demostrando ser
un líder y un malaguista de pura raza.
Despedida como se
merece
En su última temporada, las cosas tampoco fueron fáciles, el
Málaga vivió una temporada llena de altibajos, en las que incluso llegó a estar
rozando los puestos de descenso. Viendo la situación del equipo, Camacho daba
ejemplo y jugó en muchas ocasiones estando lesionado. Ni los problemas musculares, ni la pubalgia ni en algunos momentos la
fiebre le impidieron darlo todo por su Málaga, sabía que su final estaba
cerca y no iba a permitir irse con un mal sabor de boca.
A lo largo de estas 6
temporadas y media, Camacho ha disputado
15.896 minutos, repartidos en 199 partidos y anotando 19 goles, dando lecciones de lucha y entrega, dejando siempre muestras de su amor hacia el
Málaga. Un gran futbolista, pero mejor
persona, siempre preocupándose de sus fans, atendiendo a los medios sin
problemas, siendo el ejemplo perfecto de
cómo un futbolista debe comportarse con esa afición que tanto cariño le ha
dado. Camacho se va del Málaga entre un mar de lágrimas, agradeciendo a la
afición todo lo que ha hecho por él, pero siendo honesto, creo que somos los
malaguistas los que estaremos eternamente en deuda con él. Llegó siendo un chaval de apenas 20 años, creció, maduró y nos enamoró
a todos con su eterna sonrisa. Desde aquí, solo puedo tener palabras de
agradecimiento por los servicios prestados y desearle lo mejor del mundo, tanto
en su carrera deportiva como en su vida. Adiós
y GRACIAS CAMACHO.
Artículo hecho por Carlos Sánchez Villalba (@CarlitosSV23)
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