Una auténtica tromba de juego y dominio la que dejó caer el Rayo Vallecano sobre el verde del Heliodoro Rodríguez López en la tarde de ayer. El peor Tenerife de la temporada era un títere durante los primeros minutos de partido en manos del equipo madrileño que dominaba el juego totalmente, ya que los cambios introducidos por Martí en el once no cambiaron nada.
A los 6 minutos, el Rayo Vallecano se adelantaba en el marcador. Diego Aguirre aprovechó un error en la salida del balón de la defensa del Tenerife y batió a Dani sin oposición.
Los blanquiazules no reaccionaron de forma alguna al gol rayista y seguían sin controlar el balón. La presión del Rayo era asfixiante y las pérdidas de balón por parte del centro del campo tinerfeño se repetía hasta la saciedad.
Para complicar más la situación, antes del minuto 20, Villar tiene que retirarse lesionado por enésima vez y lo sustituye Casadesús. El Tenerife comenzó a estirarse y generó algunas jugadas aisladas de peligro, siendo el propio Casadesús el que obliga al meta Alberto a desviar a córner tras una gran parada en el minuto 35.
Tras un minuto de descuento, el partido se va al descanso con pitada incluida de la afición local.
Las esperanzas chicharreras de cambiar las tornas tras el descanso se desvanecieron con el paso de los minutos. El Rayo Vallecano volvía a dominar totalmente el partido mientras la creación del juego y las transiciones con el ataque por parte de los chicharreros eran un total despropósito. Incluso sin llegar a tomar la iniciativa en el juego, Tayron consigue entrar en el área y centrar para que Longo remate de cabeza a la red (min. 50). El Tenerife empataba el encuentro.
Poco duró la alegría blanquiazul porque dos minutos después, y tras una pérdida de Vitolo, el Rayo volvía a adelantarse por medio de Comesaña. La tibieza y falta de concentracion del Tenerife supusieron un nuevo gol del rival a lo que la parroquia blanquiazul no daba crédito.
Sin embargo, el partido cambia totalmente debido a la roja directa a Comesaña (min. 68) y el cambio de Acosta por Vitolo (min. 73). El Tenerife domina el juego y se vuelca sobre la porteria de Alberto con el hondureño Acosta como revulsivo. Fruto de la insistencia y con más corazón que cabeza, logra empatar el equipo blanquiazul en el minuto 86. De nuevo Longo, de cabeza, bate la portería visitante y devuelve el empate al marcador que a la postre sería definitivo. A punto estuvo Acosta de adelantar al Tenerife pero su obús lo paró Alberto con algunos apuros (min. 90).
Con el Tenerife volcado sobre la portería rival finalizó el partido. El premio del punto conseguido al final no enmascara las deficiencias de un equipo al que a la falta de ideas se le une el nerviosismo y la ansiedad propias de los últimos resultados obtenidos. Se atisba otro horizonte en la afición blanquiazul tras el gran partido de Acosta, la nueva sensación tinerfeñista.
Artículo hecho por Roberto Rodríguez Edel
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