martes, 17 de noviembre de 2015

EL MÉTODO PEP

Solo dos semanas han transcurrido desde que aterrizara en la isla Josep Lluis Martí (nuestro Pep) y ya se empieza a notar su mano. Era una apuesta más que arriesgada otorgar los mandos de la nave (por aquel entonces, a la deriva) a un entrenador recién salido del horno. Vaya por delante que, para mí, los máximos responsables de los resultados de un equipo no son otros que los futbolistas, pero también es cierto que un buen "líder" (así llamo yo al míster) debe saber dirigir los esfuerzos de los mismos y proporcionar confianza en lo que hacen.

Pero... ¿tanto ha cambiado un equipo de un entrenador a otro? ¿Es demasiado pronto para lanzarse a tumba abierta a hacer un juicio de valor sobre las posibles mejoras que está experimentando el equipo con el nuevo míster? Con la prudencia que me merece el hecho de que tan solo han transcurrido dos semanas, se pueden apreciar notables cambios en la forma con la que el equipo afronta los partidos.

El principal no es otro que poner a los mejores. Si, algo que parece tan obvio, tan básico y tan simple, pero que, sin embargo, su predecesor no conseguía entender. Un equipo se construye desde atrás, y es desde ahí donde se sustentan los resultados y la robustez y fiabilidad de un equipo. La salida de Germán del once y la entrada de Jorge ha dotado a la zaga de la seguridad que el equipo requería, formando un tándem muy interesante con Carlos Ruiz. Jorge es un chico de la cantera, de la casa, con un futuro muy prometedor por delante. En esa misma línea podemos hablar de Alberto. El majorero es un auténtico pulmón que llega a todas partes del campo cubriendo las espaldas a sus compañeros. Con estos dos pilares (Jorge y Alberto) en el once, el equipo sale reforzado en sí mismo, sabiendo a lo que juega sin miedo a verse partido en dos. Es cierto que aún falta mordiente arriba, que la plantilla (en mi modesta opinión) necesita algunos retoques en diciembre, pero los jugadores están mejorando y creyendo en su trabajo. Vitolo y Suso se van pareciendo cada vez más a si mismos, Aitor está volviendo por sus fueros y jugadores como Cristo González o Pedro Martín empiezan a no verse tan solos y a tener más contacto con el balón. Si a esto le sumamos las apariciones de Omar Perdomo y de Tommy Martínez, el futuro más cercano del Tenerife parece más que halagüeño. Incluso Cámara y Aurtenetxe se ven con confianza para subir y aportar en ataque sin descuidar sus labores defensivas.

En una Liga Adelante tan igualada todo puede pasar, pero se ve un equipo más junto, sin tanta distancia entre líneas, que sabe a lo que juega. Repito, aún es pronto para lanzar las campanas al vuelo, pero el método PEP empieza con buen pie.

Artículo hecho por Adal Quintero.

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