Valencia y Rayo empatan en un partido que fue de todo menos atractivo para los aficionados que fueron a Mestalla a presenciar el partido. Una obra de arte de Negredo y un Paco Alcacer revulsivo salvaron los muebles. Un punto que no alivia a la grada de Mestalla e iguala la mala racha de la temporada de Koeman.
La afición empieza a cansarse después de ver otro partido más donde el equipo no juega a nada. La herencia recibida resulta muy dura a Gary Neville, que junto a su hermano trabajan día a día para poder arreglar la situación en la que se dejó al equipo y obligan a echar la mirada atrás; buena parte de las respuestas están en los errores de la primavera, los despropósitos del verano y cinco meses de competición en los que el Valencia ha perdido buena parte de orgullo y su alma competitiva.
La segunda vuelta empieza como la primera, con un empate y sin sensaciones de mejorás,
el encargado de confeccionar una plantilla competitiva será García Pitarch que ha llegado para ser director deportivo, una dirección deportiva que durante un semestre no ha existido y que tiene margen para cerrar algunas de las vías de agua del grupo aunque tampoco puede obrar milagros y ya van 88 días sin ganar dos partidos seguidos, la última vez fue a mediados de octubre tras ganar a Málaga y Gent en Mestalla.
Otra vez el portero fue el mejor jugador del equipo evitando un descalabro mayor en Mestalla. Alcacer revolucionó el partido marcando dos goles, uno anulado al delantero valenciano que hubiera significado la victoria ante el Rayo. Una vez más los colegiados se equivocan en contra de los beneficios del equipo che, el equipo no tira pero los árbitros no hacen bien su trabajo.
El empate sofocó al Rayo pero no a una grada ansiosa de ver ganar a su equipo en este año nuevo. La parte positiva es que hay tiempo para fichar a un central de garantías, ya que Abdennour no rinde lo esperado y es una opción que salga en verano si llega un central.
Artículo hecho por Josep Rubio (@JosepRubio7)
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