El Tenerife dio un golpe de autoridad sobre la mesa el
pasado domingo en Butarque venciendo nada más y nada menos que al Leganés. El
equipo pepinero se presentaba en su estadio con los galones de líder destacado
de la categoría y el orgullo de no haber visto profanado su templo durante casi
un año.
Butarque, estadio de grato recuerdo en la reciente historia
blanquiazul, escenario del penúltimo ascenso del representativo isleño de la
mano de Rafa Benítez con el archi conocido gol de Hugo Morales, traía a la
memoria tinerfeñista un sinfín de buenas sensaciones que, a buen seguro,
terminaron por confirmarse. Pero esta vez no fue “solo” una victoria en un campo
casi inexpugnable. El triunfo de los pupilos de Martí puede tildarse de esos
“de prestigio”, habida cuenta de la forma en la que se ha conseguido.
Salió el equipo sin complejos, jugando de tú a tú al mejor
equipo de la Liga Adelante, discutiéndole la posesión del balón y disponiendo
de las mejores ocasiones.
Todo ello, en la modesta opinión de un servidor, tiene una
razón de ser. Desde que el fútbol es fútbol, el que juega bien siempre tiene
más opciones de llevarse el gato al agua que el que no lo hace. Pero hacer
fácil lo difícil no es tarea sencilla si en tu plantilla no dispones de los
jugadores adecuados para ello. Y llegados a este punto, para dar con la tecla,
“solo” basta poner en nómina a buenos jugadores, aquellos a los que no les
quema el balón en los pies, que se muestran y que buscan soluciones, y que
incluso parecen divertirse adquiriendo el cartel de protagonista durante la
contienda. Hablo de Javi Lara, de Moutinho y de Saúl.
Rara vez un mercado invernal había sido tan fructífero para el
Tenerife.
Empezando por Javi Lara, un jugador que pone la pausa en el
juego, que logra conectar a la perfección con los delanteros y mediapuntas
blanquiazules, que está siempre ofreciéndose y que goza de un golpeo a balón
parado y de una visión de juego envidiables.
Saúl. El joven lateral gallego ha aportado frescura y
descaro al carril izquierdo. No le tiembla el pulso a la hora de sumarse al
ataque y poner buenos centros gozando de una gran condición física que le
permite llegar sobrado al final del partido.
Y por último, Moutinho. Admito que desconocía las cualidades
de este jugador. Se está mostrando como un “todocampista” dotado de una gran
habilidad y manejo del esférico, dinámico, y un auténtico quebradero de cabeza
para las defensas rivales.
Ahora al bueno de Pep se le presenta un problema (bendito
problema). Ante la vuelta de Lozano, parece ser que Javi Lara podría volver al
banquillo. Lo cierto es que con el cordobés sobre el verde el equipo recupera
el gusto por el buen fútbol, como también es cierto que el hondureño es un gran
jugador y que se acopla a la perfección al engranaje blanquiazul con un gran
juego de espaldas y el don del oportunismo en el área rival. Seguro que el míster
sabrá sacarles partido de la mejor manera posible. Ahora toca disfrutar.
Artículo hecho por Adal
Quintero.
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