El Real Valladolid, tras pasar por diferentes irregularidades, no logró su objetivo final de jugar al menos el play-off, por lo que pasará una temporada más en segunda división por cuarto año consecutivo, un dato cuanto menos preocupante.
El verano de 2016 para los pucelanos fue muy entretenido. Tras la horrorosa campaña anterior, nuevos y renombrados jugadores se comprometían con la entidad blanquivioleta. Además la llegada de Paco Herrera, entrenador experimentado y muy capaz, ilusionó por completo a los aficionados que veían un gran proyecto con los cimientos suficientes para luchar por ascender.
Tras las nuevas altas y una ajetreada pretemporada comenzó la liga. En los tres primeros partidos el equipo demostró su capacidad a través de un gran carácter y ambición. Gracias a esto consiguieron dos victorias (Real Oviedo y Girona) y un empate (Rayo Vallecano) contra tres rivales a priori candidatos al ascenso.
Tras este buen inicio llegó el primer gran bajón del equipo. Cinco derrotas consecutivas (Tenerife, UCAM, Lugo, Huesca y Levante) pusieron en duda el potencial del conjunto. A pesar de este duro golpe los jugadores supieron levantarse gracias a una buena racha de cuatro partidos sin caer derrotados (victorias frente a Alcorcón, Gimnàstic y Sevilla Atlético y empates frente a Zaragoza y Córdoba).
Esta buena dinámica se vio interrumpida por una larga temporada de altibajos en la que el pucela no consiguió tres victorias seguidas. La verdad es que resume muy bien lo que ha sido el equipo durante esta temporada: victorias muy sufridas e ilusionantes seguidas de derrotas en las que el hambre de triunfo de los jugadores parecía haberse esfumado.
A pesar de no mantener un ritmo constante el play-off seguía siendo posible, aunque jornada a jornada las opciones se veían más y más difusas.
En el tramo final de temporada, cuando la promoción parecía imposible se produjo en Sevilla un punto de inflexión. El filial hispalense consumó un "set" a los blanquivioleta por 6 goles a 2. Fue un auténtico ridículo que golpeó profundamente la moral y el orgullo de la afición vallisoletana.
Pero, a partir de este momento el equipo reaccionó de manera impensable. Se consiguieron victorias frente a Elche, Almería y Mallorca y un empate frente al Numancia que arrimaban al conjunto al sexto puesto.
El equipo visitaba Anduva para enfrentarse a un Mirandés ya descendido. Parecía la hora de asaltar el play-off. Desgraciadamente para los aficionados, el conjunto local lograba empatar con un hombre menos en el minuto 94. El pucela echaría de menos esos dos puntos desperdiciados.
En la siguiente jornada, a tres del final, recibían la visita del Getafe, mejor equipo del momento, al que consiguieron vencer de manera brillante por 1-0. La siguiente semana viajaban Reus, cuyo equipo no se jugaba nada. En este encuentro de nuevo apareció el espíritu de la desidia y la dejadez que hicieron que el conjunto catalán aplastara al Valladolid por 2-0.
En la última jornada, contra un Cádiz con el play-off asegurado, debían conseguir más puntos que el Huesca que se enfrentaba a un Levante ya ascendido. Finalmente los pucelanos hicieron los deberes pero los maños ganaron en el Ciutat de Valencia. El Real Valladolid jugará otra temporada más en segunda división.
Al equipo le fallaron las irregularidades: muchos puntos tontos perdidos por despistes y faltas de actitud con un equipo más que capacitado para alcanzar, por lo menos, la promoción.
Las actuaciones de los jugadores a nivel individual:
-Pau Torres: portero suplente que luchó por la titularidad con Becerra. Jugó unos pocos partidos en los que rindió a nivel medio.
-Ángel: muy poca participación en el equipo. Muy discreto los pocos minutos que jugó.
-Álex López: muy por debajo de las expectativas que prometía al inicio de la temporada. Al igual que el equipo demasiado irregular.
-Igor Lichnovsky: sin errores pero sin ser el más destacado de la zaga. Tenía potencial para ser el primer central del equipo, pero se dejó comer la tostada por sus compañeros.
-Balbi: buen lateral con un buen nivel. Titular indiscutible toda la temporada.
-Juan Villar: posiblemente el mejor jugador a nivel técnico de toda la plantilla. La cabeza le jugaron malas pasadas que le hicieron crear tensión en el vestuario y enfrentarse con la afición. La próxima temporada jugará en Tenerife.
-Anré Leao: centrocampista que realiza una labor muy oscura y discreta. Tal vez demasiado frío en gran parte de la campaña.
-Jaime Mata: delantero que luchó como el que más. Le condenó la falta de acierto de cara al gol, pero su compromiso siempre fue encomiable.
-Sergio Marcos: centrocampista con poca participación. Tiene calidad de sobra, solo le hace falta exprimirla.
-Guzmán: toda la temporada en la grada. Jugador que no aporta nada al equipo y que busca un traspaso urgente.
-Becerra: portero titular durante toda la temporada. Capaz tanto de salvar partidos con impresionantes paradas como de perderlos con estrepitosas salidas.
-Rafa: llegó para liderar la defensa y acabó siendo el último central. Dejó mucho que desear.
-Moyano: capitán del equipo que ejerció siempre como tal. Muy coprometido con el grupo y la afición pero muy limitado técnicamente.
-Espinoza: llegó tarde pero llevó en volandas al equipo al final de temporada. Extremo muy capacitado.
-Joán Jordán: jugador cuyo esfuerzo y dedicación han sido de lo más destacado del centro del campo esta temporada.
-Guitián: central con gran capacidad que llegó a jugar incluso en el centro del campo. Buena labor durante todo el año.
-Míchel: seguramente el jugador con más calidad del grupo. Muy buen trabajo en la conexión con la delantera aunque desapareciera en ciertos partidos.
-Markel: con demasiada poca paricipación. Lo que jugó lo hizo bien. Incomprensible que no se le dieran más oportunidades.
-Drazic: también jugó poco. Solía salir en partidos atascados para oxigenar el juego por banda.
-Álex Pérez: sin duda una de las sorpresas más positivas del equipo. Llego a prueba y acabó convirtiéndose en el primer central del equipo, siempre solvente y seguro.
-Jose: se ha ganado a la afición de Zorrilla con su esfuerzo y sus goles. Le espera un futuro brillante.
-Raúl de Tomás: el pichichi del equipo. Sorprendente su poca participación en la primera mitad de temporada. Siempre cumplió, tanto anotando como sirviendo a sus compañeros.
-Paco Herrera: su "cabezonería" al jugar con el rombo en el centro del campo y al dejar en el banco a de Tomás le condenaron. A pesar de ello, supo sacar un gran rendimiento del equipo en ciertas partes de la temporada. La próxima campaña dirigirá al Sporting de Gijón.
Finalmente y a pesar de todo, no se logró el objetivo de la temporada, aunque hay que tener en cuenta que el presupuesto que manejaba el club era de los más bajos de la competición.
No se sabe que depara del pucela este verano. Se esperan muchas bajas, por lo tanto se deberá de nuevo reconstruir un equipo que sea capaz de devolver a la entidad y su afición donde se merecen, a primera división.
Artículo hecho por Segio A. (@sergiopucela6)
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