Pocas pero contundentes conclusiones las que podemos extraer del partido que enfrentó ayer al Tenerife frente al Zaragoza en La Romareda. Y es que podríamos decir que los tinerfeños tocaron fondo en cuando a ideas, juego e intensidad en una mala racha que parece no tener fin.
José Luis Martí dispuso un once con novedades entre las que destacó de nuevo el trivote con Vitolo y Acosta, Alberto Jiménez por el sancionado Carlos Ruíz y Villar como único delantero. El técnico blanquiazul buscó un centro del campo de contención con Aitor Sanz más adelantado.
Curiosamente, el Tenerife encaja en el minuto 6 el único gol del partido justo por el centro. Pombo bate a Dani con un fuerte lanzamiento desde fuera del área que entra muy ajustado al palo derecho. No podía haber comenzado peor el partido para los blanquiazules.
A partir de ese momento, las pocas ideas en el juego blanquiazul desaparecieron. La nula intensidad y una presión inexistente provocaron que el Zaragoza se encontrase muy cómodo durante los primeros veinte minutos de partido.
Para complicar más la situación, Aveldaño se tuvo que retirar del encuentro al sufrir una lesión en el hombro. En el minuto 30, sería Villar el sustituído al recaer de la lesión que no le permitió finalizar los entrenamientos de la semana. Jorge Sáez y Malbasic les sustituyeron.
Los cambios dan otro aire al Tenerife y, nada más salir, Malbasic pudo conseguir el empate pero erró en el remate final. Los últimos minutos de la primera parte son un quiero y no puedo por parte de los blanquiazules.
Tras el descanso, el Tenerife sale arriesgando y dispuso de las mejores ocasiones del partido pero tanto Juan Carlos como Malbasic fallaron en sus intentos de batir al meta maño.
A los 54 minutos, el árbitro pita un discutido penalty de Alberto sobre Borja Iglesias. El propio delantero ejecuta el lanzamiento pero falla ante un batido Dani Hernández, estrellando el balón en el palo. Sin realizar un gran encuentro, el Zaragoza pudo sentenciar el partido pero sus carencias en el juego le hicieron no incrementar el marcador a su favor.
A partir del minuto 70, los blanquiazules dispusieron de varias oportunidades pero, inexplicablemente, caían una y otra vez en absurdos fueras de juego. Brian Martín sustituyó a Suso y dispuso de alguna ocasión pero terminó el partido como una auténtica isla.
El mal juego y la falta de ideas en la creación provocaron la derrota blanquiazul ante un rival que hizo lo justo para llevarse los tres puntos. La era Martí parece estar llegando a su fin, sobre todo por la falta de confianza del entorno en la capacidad del técnico mallorquín de lograr encauzar la situación. La Romareda dictó sentencia aunque la ejecución de la misma está en la mesa de la directiva blanquiazul.
Artículo hecho por Roberto Rodríguez Edel
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