Hoy día 25 de julio del 2015 hace ya 90 años de la
construcción del Heliodoro Rodríguez López el estadio del CD Tenerife.
Atrás queda ese sábado el 25 de julio de 1925 cuando se jugó un amistoso entre el Tenerife y el Marino de Las Palmas.
Atrás han quedado esos grandes partidos, esas grandes
temporadas, esos ascensos, y sobre todo esa afición que ha ido viendo a su
equipo partido a partido.
Con anterioridad, los blanquiazules jugaban sus partidos en
un descampado que estaba situado en la confluencia de las cales Alfaro y
Miraflores, un solar que pertenecía a la sociedad Tenerife Sporting Club sin
tener apenas una zona de graderío. Su tamaño era de 105 metros de largo y 67,5
de ancho, con la superficie de tierra.
En las fiestas de mayo de 1949 se realizaron las primeras
reformas en el Stadium, que más tarde se le cambiaría el nombre a Heliodoro
Rodríguez López, en honor al que fuera presidente blanquiazul y al principal
artífice de las obras en su mandato durante 1946-1950, quien renovó por completo
el estadio a partir de un proyecto que encargó al prestigioso arquitecto
Marrero Regaldo.
El 31 de agosto de 1952, estrenó el césped del Heliodoro El Tenerife
jugando un amistoso contra el Atlético de Madrid.
En 1986, el arquitecto Carlos Schawrtz, remodeló la grada de
Tribuna.
En 1992 se realizaron las mayores obras en el estadio, con
el importe de 105 millones de pesetas, instalando la siembra del nuevo césped,
red de riego, desmontaje y montaje de los proyectores de iluminación y trabajos
de albañilería y de cerrajería. También se iniciaron las obras de la nueva
grada de Gol.
En la temporada 1995-1996 se comenzó a utilizar la nueva
grada de Herradura, dejando en el pasado los tablones de madera.
A lo largo de estos 90 años, los aficionados han
vivido numerosas alegrías con los ascensos y tristeza con los descensos. Pero
si de algo podemos destacar es que el Heliodoro no hubiera existido sin el
apoyo incondicional que siempre le muestra la afición, aunque en los últimos
años, el público brilla por casi su ausencia.
Artículo hecho por Samuel Deglado (@Samueldelgado96)
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