sábado, 11 de julio de 2015

LAS SEGUNDAS PARTES NUNCA FUERON BUENAS

(foto vía @Pverdiblanca)
Es una de las expresiones que más se escuchan dentro del mundo cinematográfico, pero que también la usamos con frecuencia en la vida real. Con ella, nos referimos a que una vez que la primera parte acaba, como nos ha dejado una buena sensación (o no), no es necesario comenzar otra, porque lo único que hace es intentar estirar algo que ya no da más de sí.


Imagina que en la primera parte, el malo deja al protagonista (con el cual has empatizado hasta el punto de quererlo) mal herido, al borde de la muerte y la película acaba con el arresto del malo y la consecuente recuperación del protagonista, prefieres ese final antes que el que se veía venir. Pero ahora, anuncian que hay una segunda parte en la cual dicen que vuelve el malo después de que el "prota" se haya recuperado. Te ves venir la tragedia. Se masca. A estas alturas del texto ya habrá muchos béticos que hayan empezado a relacionar conceptos, porque esa es nuestra película. Por desgracia. El protagonista, nuestro protagonista, es el Betis, ese a quién una canina viviente dejó tan mal herido, podría haber sido un final bastante doloroso, pero quedó en un malísimo recuerdo y en una larga recuperación.


Hemos visto al Betis pasar por muchas cosas desde entonces, desde temporadas para soñar a temporadas para llorar, la euforia de una clasificación, la alegría de un ascenso y la pesadilla de un descenso. Pero no estábamos preparados para que nos lanzaran la segunda parte de este film de terror y muchos, la gran mayoría de los fieles y veladores fans del protagonista, se han echado las manos a la cabeza, han negado mil veces para ellos mismos lo que estaban leyendo, pero de nada valía hacer eso, la noticia es real por desgracia. Nadie entiende como puede volver aquel que tanto daño hizo y aún menos entienden como los hay que se entusiasman y desean que empiece la secuela porque recuerdan al malo antes de que empezara a dejar claro que lo era, prefieren darle más importancia al bien que hizo al principio antes que al mal que causó después, un mal que no tiene perdón.



Ese sujeto, del cual ni siquiera voy a mencionar el nombre, vuelve a las andadas el 31 de julio y los béticos ya empiezan a movilizarse, no queremos que vuelva, no queremos una segunda parte. No es necesaria. Ya se empieza a hablar de un nuevo 15J, se está dejando clara la voz del beticismo desde el primer momento. No lo queremos aquí.



El Betis es de los béticos, es de aquellos que lo llevan en la sangre, que lo viven, que lo disfrutan y que lo sufren cada día de sus vidas. Solamente de ellos. De los que pagarían por hacer que estuviese en su lugar, en lo más alto, de los que prácticamente rezan porque la nube negra que se ve venir no descargue y se vaya pronto. Es solamente de ellos. De ellos y de nadie más.



Por eso las segundas partes nunca fueron buenas, porque si en la primera el protagonista estuvo a punto de morir, mejor no pensar lo que podría ocurrir después.

Artículo hecho por Ana Gutiérrez (@anita_bando)

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