Cornella se vistió de gala esta tarde para recibir al líder de
la Liga en el primer derbi catalán de la temporada que terminó 0-0 al final de
los 90 minutos.
En los primeros minutos del partido se notó la mano del
nuevo entrenador del Espanyol porque sus jugadores se emplearon con mucha intensidad
y ejercieron una presión muy alta en la zona defensiva barcelonista. También la
permisividad del colegiado González González con la dureza blanquiazul llegó a
desquiciar en algunas fases a los jugadores culés que no conseguían sacudirse
esa presión inicial debido a las continuas interrupciones del juego con las
faltas del equipo periquito que llegó a hacer 13 sólo en esta primera mitad.
Debido al mal estado del terreno de juego y a la intensidad de los dos conjuntos fue muy complicado ver ocasiones de gol en ambas porterías. El único que intentaba inventar algo de juego era Andrés Iniesta y cuando éste conseguía conectar con algún miembro del tridente siempre terminaban estrellándose con Pau, el portero blanquiazul o con los postes.
Debido al mal estado del terreno de juego y a la intensidad de los dos conjuntos fue muy complicado ver ocasiones de gol en ambas porterías. El único que intentaba inventar algo de juego era Andrés Iniesta y cuando éste conseguía conectar con algún miembro del tridente siempre terminaban estrellándose con Pau, el portero blanquiazul o con los postes.
Por su parte, el Espanyol no conseguía llegar con claridad
al arco contrario y tampoco remató en ninguna ocasión entre los tres palos de
la portería de Claudio Bravo en la primera mitad. Solo consiguió alguna llegada
sin demasiado peligro por mediación de Marco Asensio y su talento.
La gran ocasión del Barcelona en esta primera mitad la
protagonizó Leo Messi que mandó el balón a la cruceta en un magistral
lanzamiento de falta cuando Pau ya estaba batido.
Al empezar la segunda mitad, se empezaron a ver cosas
diferentes sobre el césped seguramente debido al cansancio de los jugadores del
Espanyol, el Barcelona empezó a hacerse con el dominio del partido a medida de
tener la posesión y crear ocasiones como las de Neymar, Messi y Suárez que
mandó el balón al palo, en un margen de menos de diez minutos.
A partir de aquí, el Barcelona, a pesar de la entrada de
Sergi Roberto para refrescar el centro del campo y dar un poco más de potencia
al equipo, volvió a perder el control del partido y se le acabaron las ideas de
como llegar a la portería blanquiazul. El Espanyol se dedicaba a defenderse a
pesar de que el Barça no se lo puso muy difícil debido a su evidente precipitación
en todas sus acciones y los periquitos terminaron celebrando el empate como una
gran victoria ante el actual mejor equipo del mundo.
El entrenador barcelonista reconoció al término del
encuentro la justicia del empate por los méritos de unos y otros en el campo
pero seguro que mucho más optimista de cara al derbi de Copa del Rey del
próximo miércoles donde mirará al banquillo y contará con más revulsivos por la
inminente incorporación de Arda Turan y Aleix Vidal a la dinámica del equipo
una vez se acabó ya el castigo impuesto por la FIFA.
Solo hay que poner un pero al acontecimiento futbolístico de
esta tarde y son los silbidos de la grada blanquiazul a Gerard Piqué, como en
todos los campos de España, y a Lionel Messi. Pero sobre todo a los cánticos
racistas que una mínima parte de la afición local le dedicó al brasileño
Neymar.
Articulo hecho por Meri (@Mtenas)
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