Anoche un lluvioso Camp Nou recibía al Arsenal con la tranquilidad de saberse superior y haber ganado en el Emirates en la ida de los octavos de final de la Champions League 0-2.
Quizá con demasiada tranquilidad para ser un partido de ésta
competición donde todo puede pasar. Los londinenses, conscientes de la
dificultad de remontar éste resultado, salieron a jugar al estadio barcelonista
sin presión. Por su parte, el Barça se cogió el partido casi como un trámite y,
a pesar de las dificultades, el resultado no llegó a peligrar en ningún
momento.
Arsène Wenguer ya había reconocido en la previa que su
equipo no tenía nada que perder y así lo demostró saliendo a jugar al ataque y
a buscar pronto ese gol que les metiera en la eliminatoria. Parecía que el
Barça iba a sufrir con las conducciones de Ozil y la velocidad de Alexis y
Elneny. Además, el equipo catalán se encontró condicionado por la baja de Piqué
por sanción, sobretodo en la salida de balón, pero Mathieu cumplió con creces
en el eje de la zaga barcelonista.
El Barça no tuvo el partido controlado en ningún momento de
los 90 minutos pero normalmente y, con ese tridente demoledor, siempre sale
vencedor en el intercambio de golpes. Como así demostró Neymar enviando un
balón a las mallas de Ospina en un contrataque de todo el tridente barcelonista
después de una recuperación de balón, en el minuto 18.
La eliminatoria se ponía todavía más de cara para los culés
y aún pudieron relajarse más. Y eso lo aprovechó el Arsenal para inquietar la
meta de Ter Stegen, aunque anoche la defensa culé estuvo muy expeditiva y
permitiendo a los ingleses terminar pocos ataques.
La segunda parte se convirtió en un correcalles casi sin
control por parte de ninguno de los dos equipos y eso lo aprovechó el Arsenal
para convertir un bonito gol por parte de Elneny, que mandó el balón a la
escuadra de Ter Stegen que poco pudo hacer. Aún quedaban 40 minutos por jugar,
tras el primer gol del Arsenal en la eliminatoria y uno más, les ponía de lleno
en la lucha para entrar en los cuartos de final de la Champions.
Pero eso no sucedió porque, seguramente en los mejores
minutos del arsenal, Dani Alves se saca un centro medido desde la derecha, que
Luis Suárez remataría de forma acrobática a la red, quitando las telarañas de
la escuadra de Ospina. Golazo y certificación casi inmediata del pase del Barça
a la siguiente ronda.
Pero aún habría tiempo de ver dos paradones de Ter Stegen a
una falta sacada por Alexis Sánchez desde muy lejos y, una mano milagrosa del
guardameta alemán a un disparo casi a bocajarro de Giroud.
Y aún faltaría la guinda del pastel, que la pondría Messi
como casi siempre, aunque ayer estuvo algo desaparecido. El argentino aprovechó
una jugada de Neymar dentro del área para picar el balón a Ospina por encima de
su cabeza y regalarnos un golazo marca de la casa. 3-1 con goles de todo el
tridente culé que les lleva directos a cuartos de final y dando miedo a toda
Europa.
Novenos cuartos de final consecutivos del equipo
barcelonista y 38 partidos seguidos sin perder. Incluso Wenger tuvo que
rendirse a la evidencia y afirmar que el Barcelona convierte en arte todo lo
que toca.
Artículo hecho por Meri (@Mtenas)
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