Betis, mi Betis. Me has dado los momentos más bonitos de mi vida. Éste corazón que está a punto de apagarse sólo ha latido por ti, sintiéndote en cada instante, latiendo fuerte en tus victorias, sufriendo en tus derrotas, movido por cada centímetro de tu escudo, por los colores que amo, por nuestro himno, la oración de nuestra religión bética, los sones de nuestra gloria.
90 años he vivido bajo tu grandeza, en el grito al cielo de tus goles, rodeado de mis hermanos béticos bajo el abrigo de tu templo, ése que besé cuando tuve que marcharme, cuando fui a verte por última vez, pues el corazón de un bético, ése que late por tus entrañas, también tiene fecha de caducidad y preferí seguir sintiéndote en vida pues es tanta la emoción que emanas que podía resquebrajarse y pararse antes de tiempo y no podía permitirlo.
Ése corazón que late tu escudo ha aguantado todas las acometidas, pero ya no puede más. Las lágrimas que derramo hoy, no las derramo por dejar de caminar en esta vida, sino por dejar de sentirte, por el fin de un corazón bético que parará en breve.
Por eso rezo..., rezo porque se me conceda la vida eterna, rezo para reencarnarme en otro bético cuando deje este cuerpo. Rezo porque la eternidad me lleve a sentirte de otra manera, aun en la muerte, pero poder seguir disfrutándote allá donde vaya mi espíritu.
Me voy Betis. Mi Hermano. Mi Amigo. Mi Vida. Tengo que marcharme. Y si es el cuarto anillo el que me espera, si esa es tu voluntad, allí estaré eternamente para animarte junto a todos los béticos que ya me esperan en ese Santo Lugar.
Dale vida a mis hermanos béticos, cuídalos, sigue regalándoles momentos tan bonitos como todos los que me has regalado a mí en estos 90 años junto a ti y, sobre todo, mantén intacta tu grandeza, esa grandeza coronada en tus 13 barras del balompié mundial.
Te Quiero Betis. Te querré en la eternidad por los siglos de los siglos. A tí encomiendo mi alma y mi espíritu que siempre serán verdiblancos.
Artículo hecho por Javier Alves.
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