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lunes, 12 de junio de 2017

REAL BETIS: TEMPORADA 16-17

MUCHAS PALABRAS Y POCOS HECHOS

Con la liga acabada y los play-off de segunda haciendo su sprint final para exprimir los últimos momentos de los fines de semana de fútbol, es momento de tomarse ese 'kit-kat' entre campañas y hacer balance del curso vivido, de las sensaciones, las victorias y los batacazos.

No hace falta tomarse mucho tiempo para afirmar que este año, el Betis, ha hecho una de sus peores temporadas, solo superada por la fatídica campaña de los 25 puntos. Tan solo se puede definir como fracaso absoluto: El objetivo no se ha conseguido, ni las sensaciones han sido buenas, ni se ha encaminado el proyecto futuro que se pretendía encaminar.

En esta temporada 16/17, el Betis puede, incluso, darse con un canto en los dientes y agradecer que cinco equipos hayan acumulado peores resultados. El puesto 15º con tan solo 39 puntos después de haber prometido luchar por el 10º. ¡Ahora, Betis, Ahora! Ha conseguido que el beticismo descubra unos niveles de decepción inexplorados. La afición, a estas alturas hace un año, vio como se le ponían por delante palabras como “ilusión”, “cambios”, “lucha” y “Europa” para acabar viviendo un nuevo y mediocre año entre suspiros, cabezas gachas y miradas implorativas al cielo para que acabase ya el circo que, una vez más, se ha instalado en Heliópolis.

No vamos a negar que se han hecho cosas bien, es de ley, una remodelación de estadio que parecía mentira que llegase, la vuelta de la radio, la creación de Betis TV, el Betis Energía Plus, la propiedad del Betis futsal... Ese tipo de gestión es de agradecer, porque suma al crecimiento, sí, pero lo más importante, lo primordial como es la gestión deportiva, ha parecido estar olvidada en la planta noble un año más. Se está volviendo extraño que un entrenador aguante una campaña completa, este año, Víctor Sánchez del Amo se hacía cargo del equipo desde pretemporada pero no ha llegado al final, fue destituído dos partidos antes de acabar, haciéndose cargo del plantel de manera temporal entonces Alexis Trujillo. Ahora es Quique Setién el que se pondrá al mando.

Ahora Betis ahora, Lopera, Arriba Betis, Oliver... Es lo que llevamos aguantando mucho tiempo y lo que nos queda por aguantar con más intensidad estos meses. Muchas palabras, muchas promesas, mucha ilusión, pero siempre es la misma historia en personas distintas. Y estamos hartos, muy hartos. Quemados de ver como esto es un túnel que no tiene salida, quemados de que hagan que el Betis duela.

Duele verlo humillarse. Duele que nos humillen. Duele que no nos vean rival fuerte. Duele que nos vapuleen. Duele que nos destruyan desde dentro. Duele que se nos vayan las ganas. Duele que cada vez nos sean más indiferentes las derrotas. Duele que haga 12 años que no ganamos un título. Duele que ilustres del beticismo que fueron testigos del Betis de la adrenalina y el amor propio, que le dieron la vida al Betis que hacía la conexión perfecta con su afición en tardes de domingo que se volvían mágicas y del que creó la fidelidad más fuerte que cualquier matrimonio, duele que se hayan ido sin volver a ver ni una sombra de aquellas hazañas que contaban con la más pura emoción en su cara, como Don Pedro Buenaventura, entre tantos otros, que se nos han ido al cuarto anillo con un Betis que no era su Betis.

¿Y lo peor? Que esto no va a cambiar hasta que no cambiemos nosotros. ¿Cómo vamos a conseguir el Betis que merecemos si no nos apoyamos entre nosotros? No existe un beticómetro, nada dicta quién es más bético. No se es más por apoyar siempre ni por llevar muchos años de socio, ni se es menos por exigir. Exigir es el camino al fin de la mediocridad en la que nos estamos hundiendo y debemos luchar por salir de ella antes de que nos terminemos por ahogar. Exigir un Betis grande, es nuestro deber en este momento, y si hay que pitar, se pita, y si hay que dejar el campo vacío, se deja.

No solo es legal criticar a la prensa por encasquetarnos mentiras cada día, podemos hacerlo sin problema contra los que mandan, ellos no son el Betis, no les duele ni la mitad de lo que nos duele a nosotros, ellos pasarán con el tiempo, nosotros estaremos aquí, recibiendo los palos en primera fila, como una avanzadilla en la batalla. Y por supuesto no vale la excusa deque si se van los que están, puede que venga algo peor. Sabemos todos que los que rondan al Betis cuales carroñeros, hacen buenos a los que hoy cogen el bastón de mando. Ya salimos a la calle una vez, en peor situación, para echar a los que estaban, 65000 contra cuatro gatos, y los echamos, sin saber ni importarnos quien pudiera venir después. No sabíamos que nos depararía, pero sabíamos que lo que había, no era lo que queríamos. Por tanto, no se porqué ahora nos dividimos, nos asusta exigir y cometemos el terrible error de conformarnos con poco. Es un suicidio lento.

Quiero pasar una temporada tranquila dentro de los límites que el Betis sabe conceder, cantar goles y llegar afónica a mi casa, que fuera nos respeten, que dejen de pisotearnos, que tras un partido la euforia sea tal que apetezca ir a celebrarlo con unos amigos a cualquier terracita porque nos han alegrado el finde, y ver repetidas las jugadas y exclamar ¡qué maravilla! en lugar de no tener ganas de nada semana sí y semana también. Celebrar títulos. Eso quiero. Y hay que empezar ya, dejando de creer en palabras y empezando a exigir, dejando de pedir “tiempo” para los que ya han malgastado tanto y empezando a luchar por nosotros mismos y por nuestro club. Y eso comienza a partir de hoy mismo, desde el instante en que leas esto y hasta que veas que Europa y la zona alta de la clasificación es un hecho seguro y anual y no una promesa vacía.

Artículo hecho por Ana Gutiérrez (@anita_bando)

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