A pesar de que quedan horas para que de
comienzo la liga española, hoy no vengo a hablar de fútbol. Hoy
toca hacer un inciso y pararnos a mirarnos entre nosotros. Toca
hablar. Toca pensar. Preguntarnos ¿por qué?.
¿En qué momento se pudrió la
humanidad de tal modo? ¿En qué momento pasamos a ser tan
egocéntricos? Yo, lo mío, mi causa. Eso o nada. ¿En qué momento
nos envenenó tanto el odio? Ya no tenemos vuelta atrás. No hay
remedio para nosotros. Somos destructores por naturaleza, aunque sea
una naturaleza que hayamos adoptado a medida que el poder se fue
imponiendo a nosotros.
En situaciones así, duele ver
tantísimos comentarios que desde aquí apestan a rabia, pero no a
una rabia de impotencia por la barbarie, sino a rabia por un odio
incontrolado que mancha a toda una población. Y eso no puede ser
así. No se puede señalar a todo el pueblo musulmán por los actos
de un colectivo que también los mata a ellos. Globalizar nunca ha
sido justo. Acusarlos de llevar la misma religión, no es justo. No
hay una religión mejor que otra, ninguna puede tirar la primera
piedra.
La solución no es renegar de los
musulmanes, ni odiarlos, ni echarlos, ni cerrar fronteras. El odio no
se cura con odio. Esto no va de razas contra razas, ni de pueblos
contra pueblos, ni de dioses contra dioses, esto va del mundo entero
contra un grupo de personas ciegas, manipuladas al antojo de unos
cuantos cabezas que han entendido y predicado su libro más sagrado
de la manera más oscura posible.
Ese taxista marroquí que ofreció sus
servicios gratuitos y que se despidió de una clienta con el “no
todos somos iguales”, él es pueblo musulmán. La mujer con velo
que hoy he visto en un directo entre la multitud del altar
improvisado en Las Ramblas con lágrimas en los ojos, ella es el
pueblo musulmán. Todos los que dieron su cara bajo el lema
#NotInMyName cuando los atentados de París, todos ellos son
el pueblo musulmán. Los que arrasan multitudes, haya familias, niños
o ancianos, que asesinan a todo aquel que se ponga en su camino y
cuanto más daño y más sangre mejor, ellos son terroristas. La
diferencia es clara y necesaria.
Siempre que a lo largo de la historia
ha habido ideas radicales y extremistas se ha sabido diferenciar a
sus defensores del pueblo al que decían representar, ¿por qué
ahora no? ¿Que tienen de distintos? Duele que por cada acto de odio,
nos volvamos más locos y más intolerantes los unos con los otros,
duele mucho, porque al fin y al cabo nos une la historia y la
descendencia. Solo el ser humano ha sido capaz de dividirse en razas,
de levantar muros, de aprender la repulsa, porque racista no se nace.
Quizás deberíamos aprender a ser más animales y menos personas,
porque cada vez somos más personas y menos humanos. Hemos llegado a
un punto de insensibilidad que ante un terror como este, sacamos el
móvil grabamos y difundimos, porque el placer que nos dan unos likes
no es comparable a la humanidad de acercarnos al que se desangra, al
que llora, al que grita, para darle aunque sea la mano, da igual que
no puedas hacer nada, tan solo para que sienta el calor humano
¿verdad?
¿Que hacéis hablando de Cruzadas? Más
de seis años en guerra llevan. Allí hay niños que han nacido entre
escombros, escondites y bombas, que no conocen nada más, y también
pedimos cerrarles las puertas a ellos, a los que huyen porque ya no
pueden más, porque viven cada día sabiendo que podría ser el
último, porque allí una masacre no les coge por sorpresa. Quién
matan a su propio pueblo, no quiere conquistar nada, no quiere
recuperar ningún legado quiere simplemente causar miedo, infligir
dolor por una causa que es solo del terrorismo. Aquí ya no hay
banderas, ni colores, ni religiones.
Repito, se que esto es un blog
de deporte, pero era necesario, necesitaba hablar y decir todo lo que
siento por lo que veo y lo que leo, porque me preocupa y me asusta.
No hablemos de venganza, con el ojo por ojo, al final todos ciegos.
Todos Barcelona, Cambrils, Siria, Niza, París, Berlín, Iraq, Yemen,
Londres, Charlottesville... Todos somos el mismo pueblo contra el
terror, venga de donde venga y se dirija a quienes se dirija.
“O
caminamos todos juntos hacia la paz
o
nunca la encontraremos”
- Benjamin
Franklin.
Artículo hecho por Ana Gutiérrez (@anita_bando)
No hay comentarios:
Publicar un comentario