Sin duda, un titular que puede resumir los dos últimos partidos del Tenerife en Copa del Rey y Liga es este. El dominio en el juego mostrado por los blanquiazules no llegó a reflejarse en el marcador y, en el caso del pasado domingo, se volvieron a escapar puntos del Heliodoro Rodríguez López y ante un rival directo.
El Club Atlético Osasuna se presentó en el recinto capitalino con algunas bajas destacadas entre sus filas, aspecto que pudo afectar en el pobre juego mostrado ante el Tenerife. Lo que también es cierto es que el equipo blanquiazul se mostró más cómodo que de costumbre, y en la misma línea que en el partido de Copa del Rey, más ordenado y con las ideas claras.
Durante la primera media hora, la presión chicharrera hizo que el Osasuna aguantara el balón sin ideas claras en su juego. La posesión era rojilla y la intensidad del Tenerife, con Acosta y Aitor Sanz en la batuta del juego. Las ocasiones de gol no llegaban y la parroquia local empezaba a desesperarse. En el ataque blanquiazul solo Longo parecía estar afinado pero hasta en dos ocasiones no logró materializar sus oportunidades. Una de ellas la salva la defensa de Osasuna en la línea de gol.
En la recta final de la primera parte el dominio del Tenerife era claro pero, aún así, se llegó con empate a cero al descanso.
Nada más comenzar la segunda parte, el árbitro anula un gol a Osasuna por fuera de juego. El desajuste en la defensa blanquiazul no recibía el castigo que, por otro lado, no merecían los locales.
En el minuto 55, la defensa osasunista comete penalty sobre Longo. Malbasic se encargó de lanzarlo pero Herrera detuvo su lanzamiento. El portero visitante volvió a ser decisivo realizando una gran actuación.
Con el fallo desde el punto de penalty, el Tenerife se desespera y comienza a cometer imprecisiones que hacen que Osasuna se estire acumulando muchos más efectivos en el centro del campo. Aún así, las ocasiones blanquiazules se suceden pero con más corazón que cabeza.
El entrenador blanquiazul movía ficha con más retraso que en otros partidos pero la entrada de Villar o Tayron no produjeron el efecto motivador que se esperaba. La brusquedad y las impresiciones en ambos equipos eran el reflejo de que el Tenerife quería pero no podía. Osasuna sacaba a relucir cierto juego duro con pérdidas de tiempo incluidas.
Los últimos minutos del partido fueron muy intensos y Herrera hizo varias paradas de mérito que evitaron la victoria blanquiazul. Al final empate y el Tenerife que se descuelga de las primeras posiciones de la tabla por lo que la necesidad de ganar fuera de casa se hace imprescindible para no perder de vista el objetivo del ascenso.
Artículo hecho por Roberto Rodríguez Edel.
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