Segunda vez en una misma semana que el Sevilla es capaz de darle la vuelta a un partido que tenía muy cuesta arriba. Sin duda, mucho mérito de los de Berizzo que nunca se rinden.
El Villarreal salía mucho mejor que el Sevilla, haciendo mucho daño a la contra con pases muy verticales. El Sevilla, con un poco más de posesión demasiado previsible, no hacía daño a la zaga amarilla.
Sería en el minuto 19 cuando Bakambu abriría la lata para poner a los de Calleja por delante tras una bonita jugada en la que participaron Bacca, Fornals y Bakambu.
Con el 1-0 en el marcador y un bagaje de ocasiones muy favorable al cuadro local, llegaríamos al descanso. El Sevilla estaba obligado a cambiar algo para intentar cambiar las tornas.
Tras el paso por vestuarios, Calleja se ve con el primer contratiempo de este segundo tiempo, la indisposición estomacal de Rodri que le obliga a abandonar el terreno de juego y ser sustituido por el joven Guerra.
El delantero colombiano Carlos Bacca, tras una gran cavalgada, regatea a Sergio Rico y pone el 2-0 en el marcador, los amarillos muy superiores hasta el momento cometen el gran error de pensar que ya tenían el camino totalmente allanado.
A penas 3 minutos después, Lenglet cabecea una falta lateral mal defendida por la zaga Groguet, y recorta distancias en el marcador. El Sevilla se lo empezaba a creer.
En la siguiente llegada del Sevilla al área local, se materializaría el 2-2, obra de Franco Vázquez con la ligera ayuda del meta Mariano Barbosa. Gol que afectó mucho a la moral del Villarreal y que tuvo un efecto distinto en la del Sevilla.
Con el Villarreal en plena decadencia, en el minuto 77 Victor Ruíz cometería un penalti y vería la segunda tarjeta amarilla dejando a su equipo con un hombre menos para los minutos finales. Penalti que Banega se encargaría de lanzar y de transformar para poner el 2-3 definitivo.
Artículo hecho (@noemerchan3)
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