viernes, 22 de enero de 2016

LA INCERTIDUMBRE POR BANDERA

Si bien es cierto que los números del equipo han mejorado superlativamente desde la llegada de Pep Lluis Martí, el juego desplegado sigue dejando muchas dudas y no termina de enganchar al aficionado. La afluencia al estadio ha ido disminuyendo considerablemente año tras año y el club, en un intento desesperado por hacer un llamamiento a la afición, está “obsequiando” a los birrias con packs y ofertas que consigan, de una vez por todas, borrar de un plumazo la desolación que reina en el recinto capitalino (frente blanquiazul aparte) cada vez que saltan al verde los jugadores blanquiazules.

En vísperas de unas inconclusas e inciertas elecciones (no sabemos la fecha de las mismas) se nos presenta una oportunidad única para luchar por algo mas heroico que la permanencia en la Liga Adelante. Esta temporada parece bastante asequible soñar con las eliminatorias que otorgan el derecho a subir al Olimpo de los Dioses del fútbol donde, por cierto, nuestros vecinos se asientan a cada jornada que pasa y con total merecimiento y justicia, apostando por el jugador canario (canarión para más señas) y un juego preciosista que está dejando una gran imagen allá por donde van.

Volviendo a pisar el suelo, el de la Liga Adelante, parece claro que dos de los cuatro inquilinos que ocupan las plazas de descenso a la categoría de bronce “pretenden” hacerse en propiedad con las mismas (Llagostera y Bilbao Athletic) y escuadras como las del Mallorca o Almería caminan por el mismo sendero que conlleva a los infiernos de la segunda B.

El Tenerife ahora mismo se encuentra en tierra de nadie, en una posición desahogada en mitad de la tabla pero teniendo a tiro de piedra al sexto clasificado. El equipo está dando la cara en sus visitas, pero, sin embargo, el Heliodoro, que antaño se había convertido en un fortín casi inexpugnable, ha pasado a ser un estadio bastante asequible para la mayoría de los equipos que rinden visita al feudo tinerfeñista.

Con unas elecciones en el horizonte, a saber para cuando, y con la incertidumbre que ello conlleva, se nos presenta una oportunidad única para luchar por algo más. Pero como ya sabemos todos, no dejaré de aludir a esa frase tan recurrida de “primero alcanzar el campamento base” y después “ya veremos”.

Si me preguntasen a qué aspira este Tenerife, tras el término de la primera vuelta, y visto el nivel de los rivales, puedo decir con total convicción que podemos soñar, que tenemos equipo para ello, que podemos creérnoslo. Hay unas 5 o 6 plantillas que sobresalen sobre el resto, pero el potencial ofensivo del tete no lo discute nadie y la proyección de jugadores como Alberto, Jorge o el recién llegado Saúl me hacen creer en algo mejor que permanecer en segunda una temporada más.

Todo está en manos de los jugadores.

Artículo hecho por Adal Quintero

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