Si bien es
cierto que los números del equipo han mejorado superlativamente desde la
llegada de Pep Lluis Martí, el juego desplegado sigue dejando muchas dudas y no
termina de enganchar al aficionado. La afluencia al estadio ha ido disminuyendo
considerablemente año tras año y el club, en un intento desesperado por hacer
un llamamiento a la afición, está “obsequiando” a los birrias con packs y
ofertas que consigan, de una vez por todas, borrar de un plumazo la desolación
que reina en el recinto capitalino (frente blanquiazul aparte) cada vez que
saltan al verde los jugadores blanquiazules.
En vísperas
de unas inconclusas e inciertas elecciones (no sabemos la fecha de las mismas)
se nos presenta una oportunidad única para luchar por algo mas heroico que la
permanencia en la Liga Adelante. Esta temporada parece bastante asequible soñar
con las eliminatorias que otorgan el derecho a subir al Olimpo de los Dioses
del fútbol donde, por cierto, nuestros vecinos se asientan a cada jornada que
pasa y con total merecimiento y justicia, apostando por el jugador canario (canarión
para más señas) y un juego preciosista que está dejando una gran imagen allá
por donde van.
Volviendo a
pisar el suelo, el de la Liga Adelante, parece claro que dos de los cuatro
inquilinos que ocupan las plazas de descenso a la categoría de bronce
“pretenden” hacerse en propiedad con las mismas (Llagostera y Bilbao Athletic) y
escuadras como las del Mallorca o Almería caminan por el mismo sendero que
conlleva a los infiernos de la segunda B.
El Tenerife
ahora mismo se encuentra en tierra de nadie, en una posición desahogada en
mitad de la tabla pero teniendo a tiro de piedra al sexto clasificado. El
equipo está dando la cara en sus visitas, pero, sin embargo, el Heliodoro, que
antaño se había convertido en un fortín casi inexpugnable, ha pasado a ser un
estadio bastante asequible para la mayoría de los equipos que rinden visita al
feudo tinerfeñista.
Con unas
elecciones en el horizonte, a saber para cuando, y con la incertidumbre que
ello conlleva, se nos presenta una oportunidad única para luchar por algo más.
Pero como ya sabemos todos, no dejaré de aludir a esa frase tan recurrida de “primero alcanzar el campamento base” y
después “ya veremos”.
Si me
preguntasen a qué aspira este Tenerife, tras el término de la primera vuelta, y
visto el nivel de los rivales, puedo decir con total convicción que podemos
soñar, que tenemos equipo para ello, que podemos creérnoslo. Hay unas 5 o 6
plantillas que sobresalen sobre el resto, pero el potencial ofensivo del tete
no lo discute nadie y la proyección de jugadores como Alberto, Jorge o el
recién llegado Saúl me hacen creer en algo mejor que permanecer en segunda una
temporada más.
Todo está en
manos de los jugadores.
Artículo hecho
por Adal Quintero
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