La empresa no era sencilla, pero amigo...el Madrid es el Madrid y estas gestas están en su ADN. Y así lo hizo saber su afición congregándose bajo la lluvia en Concha Espina para recibir a sus futuros héroes.
El ambiente inmejorable, llenazo hasta la bandera y un halo especial del que los jugadores supieron aprovecharse y tomarlo como impulso para el desafío.
Al fondo del Santiago Bernabéu un "tifo" que señalaba el camino a Milán. Tres dardos en la diana necesitaban los blancos y con esa idea salieron los 11 vikingos que saltaron ayer al césped.
En el comienzo se vio clara la idea de los blancos, tranquilidad, toque, presión asfixiante al rival y cierta paciencia que el gol llegaría. "90 minuti en el Bernabéu son molto longo".
El Wolfsburgo superado por un estadio inconmensurable y por un rival lanzado a hacerle daño se limitó a aguantar golpe a golpe con Benaglio como héroe. Llegada tras llegada de Bale, Marcelo y sobre todo su mayor debilidad en la noche de ayer, los balones parado.
La presión arriba blanca provocó numerosas pérdidas de los alemanes que superaban el chaparrón como podían. Pasaban los minutos y no llegaba el gol, pero las ocasiones sí.
Un cabezazo de Ramos, un disparo de Benzemá, varios centros de Bale etc. Pero en el minuto 16 le dio por aparecer en la banda derecha a uno de los hombres del partido de ayer, Carvajal. Danilo en el banquillo debio pensar que será un milagro de aquí en adelante ser titular.
El centro del lateral llegó para un hombre que ayer se coronó como el rey midas blanco. Primer gol para la remontada de Cristiano Ronaldo en el segundo palo para rematar el balón a las mallas. Algunos tienen la valentía de decir que no aparece en partidos importantes, que se pongan el partido de ayer.
El Madrid vivía sus mejores momentos, el griterío era ensordecedor y los jugadores contagiados por él demostró valentía, tesón y lucha. Estos valores acabaron con un segundo premio, nada más y nada menos que un minuto después.
La avalancha merengue aplastó a la muralla germana con un cabezazo del héroe en la noche de ayer. Remate de cabeza ajustado a la derecha tras un córner sensacionalmente botado por Kroos.
La celebración lo dice todo, la euforía tatuada en la piel, grabada en esas botas y cabeza que hicieron soñar a los madridistas con una remontada que no se veía desde el año 2002, (curiosamente frente a otro equipo alemán).
2 a 0 y el objetivo a solo un tanto. Pero la reacción fue contraproducente. Se vio a los jugadores con gestos de calma, de tener cabeza, pero quizás fue demasiada dicha calma.
El Real Madrid dio un paso atrás y el Wolfsburgo se creció de la mano de su estrella Draxler y de las internadas veloces de Schurrle. Varios centros al área y ocasiones pusieron el nudo en la garganta a más de uno durante unos minutos que se vio un Madrid excesivamente relajado.
Pero llegó la lesión de Draxler, punto de inflexión en el partido. Se marchaba el mejor jugador de los alemanes y de eso debían aprovecharse los madridistas.
Los locales lograron reconducir el partido y retomaron el momento de ahogo a su rival, personificando el buen momento en dos jugadores que ayer fueron cruciales para la victoria, Casemiro barriendo todo intento de gol y Benzemá poniendo la magia con sus fintas y sus regates que hicieron las delicias.
El resultado era inmejorable al descanso, solo faltaba un gol. Eliminatoria empatada y la segunda parte era un partido nuevo.
Y con ese pensamiento empezaron los blancos, todos corrieron ayer desde Bale a Cristiano, hasta Kroos o Modric, los cuales ayer aparcaron en muchos momentos sus labores de creación para morir defendiendo.
Los merengues volvieron a insistir en los pies de Bale, en balones parados y en varias ocasiones del francés Karim. Benaglio volvía a salvar a los alemanes con unos grandes reflejos.
Sin embargo la sensación era de inseguridad, los visitantes seguían llegando y creando peligro, tímidamente sí, pero cuidado porque un error suponía necesitar 2 goles más.
Corría ya el minuto 70, pero el Madrid no se desesperó en ningún momento. A punto estuvo de acabar con esta incertidumbre Sergio Ramos con un cabezazo que remató en el palo y entró...o no. Gol fantasma que no subió al marcador, había que seguir.
Al pie de la letra se lo tomó Marcelo que empezó a sentirse cómodo, empezó a bailar samba y a combinar con su amigo Ronaldo. Y cuidado que cuando estos dos combinan algo explota, y vaya que sí explotó.
Falta al borde del área al galés y cuando todos apostaban porque la ejecutara él mismo, Cristiano Ronaldo como buen general de ejército cogió el balón y dijo : "Esta es mía".
Empeñado en ser el salvador ayer, escuchó a su compañero Keylor y ejecutó la falta. El resultado y el final de esta historia todos lo sabemos, gol, hat trick y remontada conseguida. La celebración lo dice todo, elevado a los cielos. Ya van 30 goles en Liga y 16 en Champions (a uno del récord de la competición). ¿ No había que vender a este chico?
El Madrid tiene un nuevo D7os. El Madrid sí que puede.
Artículo hecho por (@jorgemartin77)
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