FINAL FELÍZ PARA UNA TRISTE TEMPORADA
La Unión Deportiva Almería será uno de los 22 conjuntos que disputen la Liga Adelante la temporada que viene tras cosechar un valioso empate en El Arcángel. Gracias al gol de Quique y la derrota de la Ponferradina se logró una permanencia que parecía imposible.
El Almería prometía y mucho, tras el anuncio de la continuidad de Sergi Barjuán a lo mandos del conjunto rojiblanco. Pese al reciente descenso de categoría, la afición parecía ilusionarse con un club que recordemos, tenía el mayor presupuesto de toda la categoría de plata. Fueron llegando jugadores de talla como fueron: Casto, Morcillo, Lolo Reyes, etc., pero sin duda los fichajes que más ilusionaron a la afición fueron los de Pozo y Chuli, el onubense llegaba de hacer media campaña con el Leganés en la que marcó 11 tantos con la camiseta pepinera, Alfonso no dudó y apostó fuerte por él, llegando a pagar la clausula de medio millón de euros.
Pero este entusiasmo tan solo duraría 25 minutos, del primer partido de liga, ante el Leganés, el Almería salió en tromba y se puso 3-0 en la primera media hora, fue entonces cuando todo empezó a torcerse. Porque sí, se ganó 3-2, pero ya acechaban los fantasma del pasado, y eso que nos temíamos apagó ocurriendo pese a este comienzo tan prometedor.
La era Sergi Barjuán acabó en el Almería tras un empate con el Tenerife (2-2) y comenzada una pequeña etapa de Miguel Rivera como entrenador interino durante dos semanas, hasta que se contrató a Joan Carrillo. Carrillo pasó sin pena ni gloria por el banquillo del conjunto almeriense, y es que duró tan solo 9 jornadas en el cargo, sin lograr ni una sola victoria en su historial y dejando colista a un equipo que a medida que pasaban los partidos se hundía cada vez más.
Es entonces cuando llega la era de Gorosito, siendo éste un auténtico revulsivo para el Almería, llegó con una victoria bajo el brazo, con el 2-1 ante el Llagostera en un partido trascendental, y continuó la buena racha hasta llegar a tener diez partidos sin perder, y cuando parecía que el Almería podía sacar la cabeza del pozo, otra vez la mala suerte nos cayó, tres derrotas seguidas, ante Numancia, Nàstic y Huesca, supusieron el despido del entrenador argentino. El Almería volvía a ahogarse y el cuarto entrenador volaba del banquillo andaluz.
Y por último, Fernando Soriano, la última bala de Alfonso García, en el horizonte el Oviedo, Llagostera, Mirandés y Córdoba. Cuatro partidos vitales por la salvación de la categoría, 12 puntos en los que se decidía el futuro del club.
Una victoria ante un candidato al ascenso como es el Oviedo, por un resultado de 3-1 y remontando el 0-1 inicial supuso un ''chute'' de moral a al plantilla y la afición, ya que la Ponferradina perdía y el Almería salía del descenso.
Llega el último partido, ante el Córdoba y en El Arcángel, con el equipo verdiblanco jugándose una plaza para los play-offs de ascenso, con casi mil almerienses desplazados a la ciudad cordobesa para apoyar a su equipo.
El empate que campeó en el marcador valió a ambos conjuntos ya que en Ponferrada, el Girona se hizo con la victoria con un gol de Cristian Herrera, ex del Almería, precisamente. El 1-1 valió tanto a Córdoba como a Almería y una vez que el árbitro señaló el pitido final, el estadio fue un clamor por parte de las dos aficiones.
Un año para olvidar que acabó con un final feliz para la Unión Deportiva Almería y para toda su afición.
Artículo hecho por Diego Fernández (@diegofndzlopez)
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