El Betis de nuestros días, el Betis moderno, continúa sin carecer, en relación a tiempos pretéritos, de esa modernidad real, tal y como demandamos en su tiempo muchos aquellos de los que nos manifestamos por el aparentemente utópico Betis Libre. De esta forma han transcurrido seis temporadas consecutivas, en que el control efectivo de los medios de comunicación es una constante putiniana tal, que ni el mismo Lopera hubiera ejercido la misma sofisticación teatral.
Este Betis lo vende absolutamente todo: desde la aparición del diplodocus días antes del derribo del Gol Sur hasta la llegada al aeropuerto de algún fichaje, pasando por la presentación de las camisetas, no sin unos días antes permitir que la prensa introdujera algunos formatos de lo que sería la zamarra bética para este año, introduciendo de esta forma más técnicas publicitarias para atraer a las masas. Un día sí y otro también, todo se hace de forma perfectamente planificada, a cada paso hay a la vez otro; así lo vimos con el traspaso de N´Diaye al Villarreal, operación siempre asistida en paralelo por el trabajo ministerio de la prensa, desahogando cualquier atisbo mental de protesta mínima del aficionado bético, jugándose entonces a la vez con nuevos fichajes o el asunto de la demolición de la grada. Las imagenes de la tarde de ayer dejaron estupefactos a algunos que no esperaban tal afluencia de público, preguntándonos si el Betis jugaba algún partido.
Verdades, medias verdades, hechos, sólo hechos, pero hechos publicitados y machacados tanto en cantidad como en variedad, que esto parece el repertorio sin fin de los números de un ilusionista, cuya principal función es el entretenimiento; recordándonos las actuaciones del gran Harry Houdini, aquel magnífico mago de la fantasía, de intachable recorrido; eso sí, su final sucedió por comprobar en la práctica que era más fuerte que en la realidad. Y aquí, el fin de la trayectoria, es que entre el balón, porque si al final no entra, recuerda que tu pañuelo para la protesta habrá desaparecido antes de que llegues a echarte mano en el bolsillo.
PD: Haze, demuesta entereza ante la que te va a caer por otros medios. Y de camino que quede claro que crecer deportivamente no tiene nada que ver con lo que dijiste ayer.
Artículo hecho por (Rafael Medina Delgado)
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