Hace muchos años, pudo haber sucedido a principios de los 80, cuando compré mi primer calendario Super Dinámico, aquel librito pequeño que comenzaba en los momentos finales de mi infancia a informarme por vez primera de las estadísticas de mi Betis, es decir, de los resultados de los partidos que mi equipo había disputado en Primera y Segunda División desde que empezó la Liga.
Hoy, pensando en la próxima visita del Deportivo de la Coruña este viernes, estuve recordando aquellos tiempos de mi juventud y, buscando en un viejo cajón, encontré aquel tomo chiquitito en los que aparecía, en 1984, la lista de todos los partidos jugados por el equipo verdiblanco desde 1928, en alusión a los primeras categorías del fútbol español.
Con rapidez, comencé a ojear con fruición la estadística contra nuestro próximo rival, un enemigo que lleva en los últimos tiempos más de diez años sin perder en Villamarín, algo que puede hoy en día verse como normal, y más sabiendo la ya vieja irregularidad del Betis en Heliópolis, donde otros rivales como Barcelona, Sevilla o Atlético de Madrid, tampoco pierden aquí en la Liga desde la época de Lopera. Sin embargo, cuando me fijé en esa estadística bético-coruñesa que se marcaba en los 80, mi sorpresa fue gratificante.
Nada menos que 8 a 0 fue la goleada que le metimos al Deportivo en el campo del Patronato Obrero, en 1929. Eran los tiempos de Jesús, Aranda, Tenorio, Álvarez, Jesusín....Matrícula de honor bética ante la primera visita coruñesa. Aquello fue el comienzo de una larga historia que se mantuvo hasta los años noventa.
Fructíferos esos años 30, en que los herculinos no rascaban bola en nuestra casa de ninguna de las maneras, salvo alguna igualada tras la Guerra Civil que no resolvía nada para ellos. Incluso en aquellos ariscos cuarenta, en el año en que bajamos a Tercera División, el Deportivo recibió un contundente 3-0 que los eliminaba de la Copa a manos de los verdiblancos.
La larga marcha bética en la entonces división de bronce, unida a que la Segunda División solía estar dividida en dos grupos - Norte y Sur -, fue inconveniente para béticos y deportivistas se vieran las caras ( salvo algún amistoso aislado con natural triunfo local en Heliópolis, allá por los cincuenta ).
En la década de 1960, el Betis se planta ya consolidado en Primera División, mientras que el Deportivo era un equipo ascensor: 4-0 en la 62-63 y otro 4-0 en la 64-65, fueron momentos estelares y de clara superioridad; época de Rogelio, Ansola, Pallarés o Luis Aragones, goleadores habituales a los visitantes blanquiazules.
En los 70, salvo algún aislado empate visitante, más de lo mismo, ya que 2-0 ( en dos ocasiones seguidas ) y 2-1 ( esta vez en Segunda ), fueron los triunfos locales ligueros, a los que también habría que unir al menos un magnífico 4-0 en una de las eliminatorias de aquella 1ª Copa del Rey que nos llevamos a nuestras vitrinas, y el Coruña tenía que ser nuestra víctima habitual en sus visitas al Villamarín. Resulta casi anecdótico que el guardameta visitante no fue otro que un jovencísimo Paco Buyo, quien posteriormente defendería la portería de nuestro eterno rival y del Real Madrid.
La década siguiente, deja a un Betis en Primera División hasta 1989 ( ya había terminado de leer el calendario Dinámico, pues contenía hasta 1984 ), mientras que el Coruña se había convertido en un " eterno " aspirante al ascenso. Por lo tanto, tuvo que ser un 10 de septiembre de aquel año, cuando los béticos volvieron a ver a su equipo en la división de plata en su estadio tras diez años de ausencia. Era el Betis de Juan Corbacho y de aquellos Pumpido, Julio, Gail, Chano, Mel, Calderé, Zafra, o Recha, aquel canterano cordobés que marcó el gol de la victoria blanquiverde. Mientras, en el Deportivo, entrenado muchos años por Arsenio, despuntaba un joven Fran que pronto daría mucho que hablar en nuestro fútbol.
No es de olvidar aquella amarga Promoción de 1992 que condenó al Betis permanecer otro año más en Segunda División, en aquel partido de vuelta que tras victoria herculina 2-1, finalizó con una igualada a cero. Triste recuerdo, pese a que ese no sea el contexto de este artículo.
Tuvo que ser en 1996-97 cuando el Betis sucumbiera por primera vez en su Historia como local ante un Deportivo que ya venía avisando unos años atrás sobre su potencial y que poco tardaría en conquistar su única Liga, en el 2000. Cuando se juegan muchos partidos durante tantos años contra un rival alguna vez tenía que llegar una derrota que no fue la única, porque, tras algunas alternativas, el Betis fue cayendo muchas más veces ante el conjunto blanquiazul, hasta contabilizar un total de ocho en terreno verdiblanco.
De las siguientes derrotas no voy a hablar apenas, porque para eso están las estadísticas en internet, mas no me agradan porque son bastante negativas como sabemos. Hubo de todo, incluso hasta un 0-1 con gol de nuestro Rubén en el último minuto, cuando era jugador del Depor....Prefiero mejor quedarme con aquel pico límite al que se alcanzó en aquellas 12 victorias béticas, 3 empates y 0 victorias coruñesas hasta 1996, que también me producen más esperanzas e ilusión para afrontar la Liga que de nuevo llega al Villamarín, donde hay que hacer por dejar apartado el varapalo catalán y pensar sólo en una palabra: Victoria.
Artículo hecho por Rafael Medina Delgado.
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