Bien saben en el Betis que nada es para siempre, y los técnicos, mucho menos. Nos enfrentamos a una cifra bestial, en 17 temporadas, 18 entrenadores:
Fernando Vázquez, Luis del Sol, Juande Ramos, Víctor Fernández, Serra Ferrer, Javier Irureta, Luis Fernández, Paco Chaparro, Héctor Cúper, Josep María Nogués, Antonio Tapia, Pepe Mel, Juan Carlos Garrido, Humberto Calderón, Julio Velázquez, Juan Merino, Gustavo Poyet y ahora, Víctor Sánchez.
Algunos de ellos repetidores, como Serra, Chaparro, Mel o Víctor Fernández. Otros compartiendo campañas, como es el caso de Fernando-Del sol, Juande-Víctor Fernández, Irureta- Luis Fernández-Chaparro, Cúper-Chaparro, Chaparro-Nogués, Tapia-Victor Fernández, Mel-Garrido-Calderón, Julio-Merino-Mel, Mel-Merino, Poyet-Víctor Sánchez.
Toda una locura de nombres en la que no es difícil perderse, especialmente las últimas tres campañas, en las que los cambios se producían de tres en tres, de fracaso tras fracaso. Bien porque uno no conseguía objetivos, bien porque el otro, a pesar de ganar, no le transmitía sangre al equipo haciendo que estos se aferrasen peligrosamente a los resultados por la mínima, cosa igualmente inaceptable.
Tras un tiempo sin líder de vestuario fijo, llegó Poyet. Gustó. Gustó mucho. Serio, decidido, tajante, seguro y templado. Pero esto se deshizo tan rápido como la espuma, no existía la autocrítica y lo demostró con el "esta no es nuestra liga" de la primera jornada con el humillante 6-2. Ante el Barça, sí, pero no había excusa para aquello en el primer partido. Calló a la prensa, nos defendió ante robos tan malos como el del derbi, pero no se gana con eso. Luego el equipo se desinflaba cada vez más, el se resguardaba en el banquillo, la afición veía (y sufría), al ver que pasábamos penas para ganar al último, y con todo su derecho el beticismo expresó su malestar. Se atrevió a decir a la afición cómo debía actuar y cuándo. Y ahí firmó su sentencia.
Los "Poyet vete ya" cada vez eran más usuales y fuertes, con cada balón perdido, no jugado, con cada partido abandonado, con cada oportunidad desaprovechada, la afición hervía más. Se rompió una relación que en un principio se quiso creer que duraría y despertamos a base de humillaciones y derrotas. Otra vez.
Durante toda la semana se han estado oyendo nombres, barajando posibilidades, el "suena Míchel", dejó de ser un chiste, pues sonó de verdad, Serra de nuevo, Gregorio Manzano, Luis García Plaza, incluso dijeron haber visto a Pellegrini. Se supo que la destitución estaba a falta de comunicado cuando Poyet ya no dirigió el último entrenamiento.
Ayer, pasada media noche, se hizo oficial la destitución de Poyet y su staff, aunque permanece el preparador físico, Marcos Álvarez. llegada de Víctor Sánchez del Amo: segundo de Míchel en su etapa en el Sevilla, ex jugador y ex técnico del Depor, donde compartió vestuario con Rubén Castro y ex técnico del Olympiacos, son algunos de los datos que figuran en su carrera profesional.
Tras todos los nombres que salieron a la luz, esta opción tapada todo este tiempo hasta el día de ayer, no parecía tan mala. Ha habido muchas reacciones distintas, al que le ha resultado indiferente porque no lo conocía, al que le ha gustado y al que no.
Yo, personalmente, pertenezco al grupo de los que no lo conocen, pero viendo las posibilidades que se estaban viendo venir, bienvenido sea. No soy partidaria ni comprendo que ya haya gente que lo crucifique y empiece a las malas, "ha sido destituido tantas veces", "en nosedonde duró tanto tiempo"... ¿y?. No comprendo el fijarse en acciones pasadas para juzgar lo que pueda llegar a pasar.
"Confía en el tiempo, que suele dar dulces salidas a muchas amargas dificultades", dijo Cervantes, allá por el 1613. Hemos de aprender a dar la oportunidad, a no atacar de principios, a no juzgar sin saber, ahora es el que está, y toca apoyarlo.
El Betis no es otro equipo, estos jugadores no son los que tenía, la situación difiere de otras ¿por qué comparar? Dejad que llegue, que lo conozca, que entrene, que sienta Heliópolis como su casa y el beticismo como su familia, que juegue, que gane o pierda, y luego hablemos.
Bienvenido Víctor, danos resultados y te llevarás contigo al beticismo, que no es poco.
Artículo hecho por Ana Gutiérrez (@anita_bando)
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