En plenas fiestas de San Sebastián, el Barça asaltó por fin Anoeta, consiguiendo un buen resultado en la ida de los cuartos de final de la Copa del Rey, que le permite soñar más realmente con las semifinales.
Partido muy táctico y de choque el que disputaron ambos conjuntos en el estadio Donostiarra, con el partido de Liga muy presente en la mente de los dos. Los 22 hombres que saltaron al terreno de juego, salieron a presionar a su rival como si no hubiera un mañana y eso hacía muy difícil tener el control del partido.
Sólo empezar, Umtiti perdió dos balones peligrosos en su
área que no supieron aprovechar los hombres de la Real, pero Navas e Íñigo,
tampoco estuvieron muy finos en su salida de balón y gracias a la mordiente del
tridente, a punto estuvieron de aprovecharlo los hombres de Luis Enrique.
Hasta que en un contrataque Neymar coge un balón y lo lleva
hasta el área rival, recorta a Elustondo, que lo pierde de vista y le hace un
penalti clarísimo, que el mismo brasileño, por obra y gracia de Messi, se encargaría
de transformar. El Barça se ponía por delante y esto pintaba diferente a las
últimas 9 veces que visitaron su estadio maldito y no consiguieron ganar.
A pesar de la buena primera parte de los culés, el cambio de
Iniesta en el descanso por unas molestias les penalizó. Perdieron el control
del partido, pero gracias a su presión y seriedad defensiva lograron
sobrellevarlo.
A partir de ese momento, el árbitro González González, se
convirtió en el máximo protagonista del duelo al no parar el juego duro de los
realistas con tarjetas. Illarra, Yuri y Willian José, que agredió a Umtiti y
Busquets en una misma jugada, se quedaron sin tarjeta. En cambio, le mostró una
a Messi, según él por perder tiempo y otra a Neymar por recibir un penalti
clarísimo de Rulli, e interpretar el árbitro que se había tirado. Tampoco
acertó señalando un fuera de juego en una falta lateral botada por la Real
Sociedad porque el jugador que recibe, Zurutuza, no estaba en posición ilegal,
aunque había hecho un control nefasto del balón y casi había perdido toda
ocasión de conseguir algo positivo.
El marcador no se movería más para frustración de los
realistas, que creyeron merecer un
resultado mejor cuando no habían disparado ni una vez inquietando la portería
de Cillessen. Remarcable también el ridículo que hicieron unos cuantos
jugadores donostiarras en la zona mixta y las redes sociales, quejándose del
árbitro, mientras las imágenes mostraban que si alguien se podía quejar de las
decisiones del colegiado anoche eran los culés. Eso sí, no lo hicieron porque,
a pesar de todo, consiguieron romper el gafe de Anoeta, con una victoria importantísima
que les da una buena ventaja para encarar el partido de vuelta con tranquilidad
y poder rematar en casa el pase a las semifinales de la Copa del Rey.
Artículo hecho por Meri (@Mtenas)
No hay comentarios:
Publicar un comentario