Qué mal empezó la jornada decisiva de la Liga para los culés. Con un gol de Cristiano Ronaldo en Málaga en el primer minuto de partido, desvaneció todas sus opciones de revalidar el título ésta temporada.
Los jugadores, cabizbajos y conscientes de la situación, no
estaban jugando un buen partido, estrellándose constantemente contra la presión
del Eibar, que aprovechó una de las pocas situaciones que tuvo de contrataque
en la primera mitad para avanzarse en el marcador. Inui aprovechó un apoyo de
Sergi Roberto al debutante Marlon, para rematar completamente sólo el balón a
la red de Ter Stegen, que nada pudo hacer.
Parece que el gol espoleó un poco a los culés pero Luis
Suárez falló dos mano a mano contra Yoel, que estuvo inmenso. La imagen del
estado de ánimo del equipo se podía visualizar en Leo Messi. Apático, resignado
y sabiendo que la quimera se había convertido en imposible.
La segunda mitad tenía visos de no cambiar y más cuando Inui
de nuevo volvía a fusilar a Ter Stegen estando de nuevo sólo dentro del área. Ponía
el 0 a 2 en el marcador y la afición, a pesar de su indiferencia, empezaba a
enfadarse con el equipo por no ser competitivo hasta el final, tal y como
habían prometido.
Eso sí espoleó al equipo y de nuevo de la mano del tridente
empezaron a generar juego y ocasiones y el gol no tardó en llegar. Fue en
propia puerta de Juncá, tras un remate de Luis Suárez al palo. Inmediatamente
después, el árbitro se inventó un penalti sobre Jordi Alba, que lanzó Messi y Yoel
paró. A continuación, el acoso culé no cesaba y obtuvieron el premio del empate
por mediación de Luis Suárez, que remató a boca de gol un balón peinado por
Paco Alcácer desde la izquierda.
Pero, en ese punto los azulgrana tuvieron claro que con el
empate no era suficiente y Neymar, ésta vez sí, fue derribado en el área muy
claramente por Capa cuando ya encaraba a Yoel y a Hernández Hernández, no le
tembló el pulso para volver a pitar penalti. Además Capa fue expulsado al
tratarse de su segunda tarjeta amarilla del partido. Messi, picado, volvió a
coger el balón y, a pesar de que Yoel volvió a tocarlo, ésta vez no pudo evitar
que se colara dentro de su portería.
Pero lo mejor estaba por llegar, Lionel Messi, el mejor
jugador del mundo, quiso despedir a su afición ésta temporada con una obra de
arte de las que sólo él es capaz. Cogió el balón en el centro del campo y
empezó a sortear rivales hasta que encaró la portería del Eibar y puso así el
definitivo 4-2 en el marcador.
El argentino, certificaba así un amargo trofeo Pichichi y
una bota de oro que no vienen acompañados por algún título importante.
A pesar de todas las cosas raras que han pasado ésta
temporada, arbitrajes dudosos, investigaciones de hacienda oportunas, impunidad
para unos y sin perdón para otros, rotaciones excesivas… Los culés han
competido hasta el final en ésta temporada para olvidar.
Les queda la Copa del Rey como premio de consolación, cuya
final se jugará el próximo sábado ante el Alavés en el Estadio Vicente Calderón
en Madrid. El Barça jugará contra la ilusión del Alavés y su afición, que
tienen mucho que ganar y poco que perder. Por su parte, el equipo de Luis
Enrique, lo toma como una Copa menor aunque cuenta con la obligación de ganar
para no cerrar la temporada en blanco y empezar la próxima de la mejor manera.
Artículo hecho por Meri (@Mtenas)
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