PRIMERA VICTORIA EN PRIMERA DIVISIÓN
El Girona claro dominador del partido en todas las fases y la afición animando sin parar. No se lleno del todo 9.966 espectadores vieron disfrutar de este maravilloso partido.
El Girona estrena el casillero de victorias en la máxima categoría en una excelente actuación ante el Málaga y gracias a un solitario gol del central Pedro Alcalá antes de la media hora
Final feliz. Esta vez sí. El Girona ya sabe cómo se saborean las victorias en Primera. Con cierta dosis de sufrimiento final, como no, la consiguió anoche contra el Málaga. Pero también con una dosis de buen juego. Dominador en casi todas las facetas, el equipo volvió a mostrar una buena versión y, esta vez, la ventaja no se fugó. En hizo suficiente con un gol de Alcalá para enloquecer Montilivi y seguir sumando. Una vez frotada excelencia con un montón de minutos para enmarcar en el estreno contra el Atlètic, pocas piezas debía tocar Pablo Machín que siguiera sonando la misma sinfonía. No había terminado del todo satisfecho el técnico ese día para que el resultado no había acompañado, pero tenía motivos, y muchos, para seguir confiando en los mismos hombres que habían puesto contra las cuerdas una de las mejores plantillas de la Primera División. Lo había dejado entrever durante la previa y no mentir. Once calcado, sin retoques, y tan sólo alguna variación en el banquillo. Entraba Mojica a la convocatoria; también lo hacía Ramalho. Los damnificados eran Aleix García y Carles Planas.
El Girona, decidido desde el pitido inicial, fue el partido. El ritmo lo pusieron los de casa. Un ritmo que fue in crescendo, a medida que avanzaban los minutos. Primero, tanteo. Viendo como el Málaga se esperaba a la contra, como incluso Roberto arañaba segundos en cada servicio de puerta. Poco después, concesiones: dejando incluso al equipo rival asomarse por los dominios, con alguna centrada estéril de Mula por banda izquierda. Y finalmente, en el ataque. A por todas. Fue pulsar el acelerador el Girona y dispararse el contador de ocasiones. Maffeo, al 9, remató demasiado desviado. Alcalá, al 11, el enviado también afuera con la testa. Y al 14, la tercera: saque de esquina de Granell en el corazón de el área para que Borja l'engaltés por encima del larguero. Roberto no había habido intervenir, pero el Málaga estaba avisado.
El Málaga, hasta entonces, había ofrecido poco. Poquísimo. El balón era de los de Machín. De izquierda a derecha y viceversa. Tocando, buscando la velocidad y perseverancia de Portu, entrada por bandas de Maffeo y Aday o las genialidades de Borja. Era cuestión de tiempo que el público volviera a ver una buena acción de ataque de los suyos y esta llegó al 28. Y de qué manera. Una vez más, se sacó provecho de una acción a balón parado. Granell, excelente hasta el momento, en vez de colgar l'esfèrica el corazón de área de la abrió a la frontal para Portu. La pasada cogió la defensa por sorpresa y el murciano tuvo tiempo de armas la pierna y golpear. Allí apareció Roberto, muy atento, que dejó el balón muerto al otro palo. Jaque mate, porque Alcalá, con la caña a punto, remató a placer (1-0).
L'1-0 hacía justicia a lo que se había visto hasta entonces. Se había merecido el Girona ir por delante del marcador. El balón había sido de los locales y las ocasiones, también. Pero el Málaga no había venido a Montilivi a pasar el rato. Ya había tropezado en el estreno en casa y no podía permitirse el lujo de dejarse bailar por un equipo que acababa de subir. Subió una marcha el conjunto de Míchel. Suficiente para que el ritmo de los blanco-y-rojos decayera un poco. Así llegaron un par d'ensurts. El primero, al 37, cuando Juanpi probó un disparo desde el umbral del área que salió por encima del travesaño. El escenario había cambiado. Tampoco demasiado, pero era cierto que los andaluces se habían hecho con el dominio. Lo mejor que podía pasar era que llegara el descanso y éste llegó con un tiro cruzado de Borja Bastón al 45.
Stuani, al 48, no hubiera dejado escapar una muy buena ocasión. Parecía el Málaga que salía más entonado, pero fue el Girona el primer avisar. Balón robada en tres cuartos de campo y balón al espacio para uruguayo, que quedó un poco escorado. El único remedio era chutar con la izquierda, solo ante Roberto. Lo hizo sin pensarlo y el balón se escapó cerca del poste. Más centrado era el remate d'Aday, al 51, pero también sin resultados: a las manos del portero.
El Málaga parecía superado por momentos, pero seguía vivo. Lo demostró al 69, cuando Jony puso a prueba los reflejos d'Iraizoz, que envió a córner con el pie. En la acción siguiente, el portero tuvo que poner la mano para evitar el peligro. Decidió reforzar la zona de medios Machín, haciendo entrar Douglas por Portu. El brasileño hizo volar Roberto al 81, poco antes de que la entrada de Juanpe cambiara el dibujo. Quedaba muy poco, el resultado era favorable y lo más importante era reforzar el centro del campo. El canario se puso junto a Pere Pons, en el doble pivote. La misión era aguantar. El Málaga lanzarse en tromba. Los cuatro minutos de añadir podían haber puesto nervioso a cualquiera hasta que Machín hizo levantar al público del asiento. El Girona fue una muralla infranqueable. La victoria se quedó en casa.
11 Titular del Girona FC:
Iraizoz; Bernardo, Alcalá, Muniesa, Maffeo, Aday; Pere Pons, Granell, Borja García, Portu; Stuani.
11 Titular del Málaga:
Roberto; Rosales, Luis H., Baysse, Juankar; Kuzmanovic, Recio, Mula, Juanpi, Adrián; i Borja Bastón.
Árbitro: Santiago Jaime Latre
Artículo hecho por Mariona Sánchez.
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