El travesaño castiga el Girona, un solitario gol de Muriel le da los tres puntos a los de Berizzo, en un partido en el que el Girona erró un penalti en el último suspiro.
El conjunto de Pablo Machín encaja la primera derrota del curso en casa ante el Sevilla después de ver como Granell falla un penalti en el último minuto que hubiera supuesto el empate
El Girona arrancó el partido de Montilivi con ganas de ser protagonista, los pupilos de Pablo Machín saltaron al césped con ganas de dominar el control del balón y poner el miedo en el cuerpo al Sevilla. Los catalanes, como de costumbre, buscaban la profundidad de sus carrileros Aday y Mojica, que en los primeros minutos ganaron todos los unos contra unos con sus marcadores, pero sin encontrar rematador.
Que el Sevilla es superior al Girona es una realidad. Ayer lo dejó claro en un partido en el que jugó durante bastantes minutos con una marcha menos y, cuando apretó un poco el acelerador al principio de la segunda parte. Un tanto que llegó justo después de que Mojica hiciera una cerilla a la hora de rematar en posición franca para haber hecho l'1-0. La derrota, sin embargo, deja una sensación muy amarga sobre todo porque a raíz del 0-1, el Girona mostró su mejor versión y tuvo suficientes ocasiones como para empatar. Sobre todo una de Pedro Pons y el penalti muy dudoso.
Sin llegadas claras a las áreas, gerundenses y andaluces lo probaban desde fuera del área. Así, Ganso intentó con un que rozó el palo izquierdo de Iraizoz justo antes de que el Girona hiciera su primer disparo del partido (m.34). El lanzamiento de Granell, tras una acción de estrategia a la salida de un córner, salió fuera por poco lamiendo la base del poste. La primera parte acababa con un pobre balance ofensivo del Girona que, pese a no sufrir excesivamente, en ningún momento había hecho cosquillas en Sevilla. La sensación era que si los andaluces ponían una marcha más, los de Machín les tocaría remar duro.
El Sevilla no se encontraba cómodo encima del terreno de juego, pues la intensidad del Girona en la disputa de todos los balones y segundas jugadas, impedía a los de Berizzo circular el balón con facilidad.
Algo más de trabajo tuvo Iraizoz, sobre todo cuando se tuvo que estirar para atrapar un cabezazo, blando eso sí, de N'Zonzi tras un centro de Sarabia. Dos aproximaciones peligrosas del Girona, una raíz de un intento de rechazo de Lenglet que a punto estuvo de convertirse en autogol, y la otra con un disparo fuerte de Juanpe a la salida de un córner que salió desviado, el Sevilla dio el paso adelante que se esperaba en la reanudación. Los de Berizzo subieron el ritmo y no sólo apoderarse del balón sino que sometieron al Girona a un asedio constante con disparos y llegadas que no cesaban durante los primeros compases de la segunda parte. Iraizoz salvó en dos acciones consecutivas el 0-1.
También en el rechazo de una falta, Banega estuvo a punto de inaugurar el marcador. El Girona sufría. Estaba encerrado en su campo ante la avalancha de un Sevilla que había venido a ganar. La ofensiva continuaría hasta que encontraría premio. Tuvo que ser un rápido contragolpe, tras un misto de Mojica a la hora de rematar, en el que Muriel ganó por piernas Juanpe y batió a Iraizoz con un disparo raso por su palo. El portero navarro, que había mantenido vivo el Girona hasta entonces, se estiró antes de tiempo hacia la izquierda
Aleix Garcia que ofreció unos detalles de lo más interesantes. El gol hizo daño a un Girona que vio como Iraizoz evitaba el segundo en otro uno contra uno con Sarabia. Sin embargo, los blanco-y-rojos se reharían y buscarían el empate con insistencia. Aleix García, con un par de disparos lejanos muy bien intencionados y, sobre todo Pedro Pons, tras una buena asistencia de Mojica, rozaron el empate. El equipo, sin embargo, jugaba sin delantero centro y las centradas en el área de un activo Mojica no encontraban rematador. Diez minutos sin referente ofensivo y por debajo en el marcador, Machín se decidió a hacer entrar pólvora arriba y de vez introdujo al campo los dos delanteros que tenía en el banquillo, Kayode y Olunga. Toda la carne estaba en la parrilla pero quizás era demasiado tarde. El Sevilla ya había hecho el trabajo y en los últimos minutos se dedicó a mantener la ventaja y presionar los gerundenses para que no tuvieran opciones de empatar.
El Girona lo intentaba más con el corazón que con la cabeza y base ya de balones colgados a la olla. Con todo, no había dicho la última palabra. La opción de empatar la tendría y muy clara el conjunto gerundense que vio como l'àrbitre señalaba penalti de Franco Vázquez a Kayode para levantar demasiado la pierna dentro del área. Era el último minuto del tiempo reglamentario y Granell tenía en sus botas la opción de salvar un punto. Su lanzamiento pero tocó el larguero y lanzando por tierra las ilusiones de sumar un punto que habría sido lo más valioso. En el tiempo añadido y después de que Iraizoz evitara la sentencia, l'àrbitre hizo la vista gorda en una caída de Mojica dentro del área que pareció más clara que no la acción del penalti a Kayode. Dos penales seguidos contra el Sevilla en menos de cinco minutos habrían sido demasiado. Ya no hubo tiempo para nada más y el pitido final confirmó la segunda derrota del Girona de la temporada, la primera en Montilivi.
Girona FC: Gorka Iraizoz; Aday Benítez, Juanpe, Bernardo Espinosa, Marc Muniesa, Johan Andrés Mojica; Pere Pons (Michael Olunga, m. 79), Àlex Granell, Borja García, Portu (Larry Kayode, m. 79); y Christian Stuani (Aleix García, m. 65).
Sevilla FC: Sergio Rico; Sébastien Corchia, Daniel Carriço, Clément Lenglet, Lionel Carole; Steven N’Zonzi, Éver Banega, Paulo Ganso(Franco Vázquez, m. 62); Walter Montoya (Gabriel Mercado, m. 76), Luis Muriel y Pablo Sarabia (Michael Krohn Dehli, m.85).
Goles: 0-1, min.68: Muriel
Colegiado: Ricardo de Burgos Bengoetxea (1) (comité vasco.)
Estadio: Estadio Municipal de Montilivi. Cuarta jornada de la Liga Santander disputado ante 11032 espectadores.
Artículo hecho por Mariona Sánchez
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