domingo, 29 de octubre de 2017

CRÓNICA: MÁLAGA CF 2-1 RC CELTA DE VIGO

LA AFICIÓN HACE EL PRIMERO, EL EQUIPO, EL RESTO

Y así fue. La afición ya puso el 1-0 virtual, moral o como lo quieran llamar. Un recibimiento propio de cualquier equipo que esté en su momento más álgido y que luche por puestos europeos y no de un equipo que lleva 1 de 27 puntos jugados y tras un ridículo copero. Pero no, no era una noche europea, ni siquiera era un rival especial. Pero el Málaga se jugaba algo más que la vida hoy. Su futuro. Todo pasaba por los 90 minutos frente al equipo gallego. 

La noche empezaría a lo grande, gracias a la "grada de animación" que movió cielo y tierra durante la semana para convocar a todo seguidor malaguista a recibir al equipo y llevarlo en volandas hasta el césped del que es su templo. Así fue y así comenzó la que es la primera victoria ésta temporada del Málaga CF. 

Rodaba el balón y el Málaga se hacía con la iniciativa del partido. Movilidad, mucha movilidad y por primera vez se veía un equipo alegra de verdad. Presión alta y posicionalmente rozando la perfección. Y es que, a falta de confianza, tener carácter y pundonor hace mucho y esos son los apellidos del capitán malaguista Recio, sobresaliente en el día de hoy.


Pasaban los minutos y el Málaga tenía llegadas en las que exigía a Rubén Blanco al máximo como un tiro desde fuera del área de Keko o acto seguido del venezolano Rosales. Continuaba el choque y el Celta no encontraba espacios y, sin ideas, sólo buscaba balones para la inspiración de Iago Aspas o hacia atrás, acabando en su meta.

Un Málaga convincente y que seguía en sus treces de que hoy era el día, bien liderado por un inmensa Recio, un Peñaranda resurgido y unas bandas con Chory Castro y Keko que por fin recordaban el por qué de sus fichajes. 

Con tanto, el descanso llegaba, el Celta daba el empate por bueno tras rematar tan sólo 1 vez a portería y el Málaga...el Málaga no. Quedaba una y llegó. Barullo en el área, balón suelto, Baysse de chilena, rebota en un defensor vigués, al palo, balón al aire...y Adrián la empuja al fondo de la red. Sí, el Málaga ganaba por primera vez ésta temporada al descanso y eso porque el colegiado ni siquiera dejó sacar de medio campo.

Comenzaba la segunda parte y el guión fue exactamente el mismo. El Málaga se lo estaba creyendo y recordaba al Málaga del tramo final de la pasada campaña. Y, mientras, el Celta seguía sin tener las ideas claras. El conjunto boquerón combinaba de buena manera pero ya no tenía remate en los metros finales y con eso se llegaba a la hora de partido. El fatídico minuto 60. Ese minuto en que el equipo malacitano empieza a fallar partido tras partido por el evidente cansancio físico imperdonable para un equipo profesional. Cuestión de trabajar más o mejor. O ambas. Michel y sus pupilos deberían mirar semejante mal. 

El Celta empezaba a meter a su rival en su propio área ante la flaqueza de fuerzas del equipo costasoleño. Keko y Rosales empezaban a sufrir y mucho con Pione Sisto y Aspas. Los laterales vigueses se incorporaban y el centro del campo del Málaga empezaba a ser un boquete. Múltiples centros que hacían presagiar nada bueno para los intereses locales. Finalmente llegó, empate, y eso que poco antes ya había avisado Aspas con un gol en fuera de juego.

El partido empezaba de nuevo y el run run empezó en La Rosaleda, que lejos de venirse abajo, coreó gritos de "Málaga, Málaga", una vez más por esa grada de animación que empuja y empuja para que su equipo no se venga abajo. Y no se vino. Sólo 5 minutos después, el árbitro señalaba pena máxima por manos clarísimas del defensor vigués. Peñaranda la pedía, Recio no la cedía...miranda al frente, por Málaga, por el Málaga y gol. Tenía que ser él, el capitán, malagueño y canterano le daba la primera victoria al equipo de su ciudad y con todo merecimiento el Málaga logró sumar 3 puntos de una tacada. Eso sí, antes, Roberto que hasta entonces estuvo prácticamente inédito en el partido quiso unirse a la fiesta metiendo un pie salvador para evitar el segundo del cuadro gallego. Los grandes jugadores tienen eso y es que cuando se les necesita están ahí.

Cosas por mejorar, como la resistencia física. Pero, un peso quitado de encima y, sobretodo, los jugadores saben que detrás tienen a una afición que jamás dejará que caminen solos. Ellos meterán el primer gol, los jugadores deben continuar...

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