Con un Calderón lleno hasta la bandera de catalanes y andaluces, con un comportamiento ejemplar por parte de las dos aficiones durante todo el día, a pesar de todo, Barcelona y Sevilla se enfrentaron anoche para buscar su particular doblete con la consecución de la Copa del Rey y coronar así una magnífica temporada para ambos.
El partido empezó sin mucha precisión por parte de ambos
conjuntos pero si con mucha presión y ganas que no les llevaban a llegar a las porterías
rivales. Sólo Ter Stegen tuvo que intervenir en un par de ocasiones en esta
primera mitad para sacar sendos disparos Sevillistas con cierto peligro. El
Barça, por su parte, no se encontraba cómodo, con un Neymar errático, pero con
un Messi pletórico que nos avanzaba que algo iba a suceder.
Pero en el minuto 37 todo cambió con un error de conjunto de
los azulgranas que dejaron recibir a Gameiro sólo en la frontal del área ante
Mascherano, que se vio obligado a cometer falta y, como era el último defensa,
Del Cerro Grande decidió expulsarle con roja directa.
Desde ese momento los papeles cambiaron y el Sevilla, con
uno más, se vio obligado a llevar la iniciativa del partido y el Barça a
defender, cosa a la que ninguno de los dos está acostumbrado y se notó. A pesar
de todo, Luis Enrique movió el banquillo al descanso y decidió dejar en la
caseta a Rakitic para apuntalar a la zaga culé con Mathieu al lado de un Piqué
imperial.
Pero en ésta segunda mitad, nadie predijo lo que iba a pasar
y el Barça aguantó al Sevilla bien replegado en su campo y los sevillistas, a
pesar de su empeño, apenas pudieron crear peligro en la meta de Ter Stegen, con
un disparo lejano de Banega que dio en el palo derecho de la portería del meta
alemán.
Cuando más iba avanzando el partido, más se sacudían los
culés la presión del Sevilla de encima e incluso se veían capaces de avanzar
hacia la meta de Sergio Rico con unos Neymar y Messi implicados 100% en la
causa. El brasileño fue quién provocó la expulsión de Banega en el minuto 90 de
partido por un derribo en el pico del área de la cual también era el último
hombre en ese momento y Del Cerro grande tampoco dudó. Después de desquiciar a
los azulgrana durante todo el partido, al final del mismo se igualaron las
fuerzas entre ambos conjuntos y quedaba todo por decidir en la prórroga.
Ya al inicio del tiempo añadido, se vio a un Sevilla sin
fuerzas y muy mermado tras haber jugado una final muy intensa hacía cuatro días
ante el Liverpool y a un Barça muy entero a pesar de haber jugado más de una
hora con un hombre menos. Y eso se reflejó en el marcador en el minuto 7 de
ésta prórroga, con una asistencia magistral de Leo Messi a Jordi Alba en la
banda izquierda que el lateral cruzó ante Rico para introducirla dentro de su portería
y desatar así la locura en el bando culé del Calderón. Durante el resto de la prórroga, el meta
sevillista tuvo que emplearse a fondo para que el resultado no fuera más amplio
y les quedara alguna opción de igualarlo e ir a los penaltis. Pero todo se
esfumó, en el último minuto de la prórroga con otra asistencia brutal del astro
argentino, al espacio, ésta vez a Neymar y el brasileño sentenció así la final
con toda su gente ya celebrando el título.
Mención especial para el gigante Piqué y el MVP de la final
Andrés Iniesta, como así también la implicación de todo el equipo para llevar
ésta Copa del Rey a Barcelona y es que por mucho que ganen, nunca se cansan.
Artículo hecho por Meri (@Mtenas)
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