Cuando comienza a latir el corazón de un bético dentro del vientre maternal, los padres del niño ya saben lo que está latiendo en realidad y sonríen de felicidad por ello. En el interior, ése bético ya escucha esas voces lanzando al viento mensajes de amor hacia algo llamado Betis, al que le gritan y vitorean, canciones que escucha entre un montón de gente, enviándole mensajes, cantándole a algo que en ese momento no puedes ver, pero que te hace estremecerte dentro del propio vientre materno, deseando salir, ansioso, para ver qué es aquello llamado Betis, por eso pataleas..., lógicamente, cuando aun lo deportivo y lo futbolístico son negados a su vista.
Y se forma completamente..., y llega ese día en el que por fin vas a poder vivir todo aquello que se te estuvo negando durante 9 meses..., aunque pasarán días hasta que puedas ver los contornos de sus formas, de las de su escudo, de lo que realmente ha estado latiendo dentro de él, durante los 9 meses, sin entender el porqué. Y lo ves, y con el tiempo vas dándote cuenta que lo que imaginabas que sería, era del todo verdad, y sientes como lo que escuchabas dentro, se convierte en un colorido verdiblanco que termina por enamorarte tanto, que tu corazón sigue latiendo aquello con tanta fuerza que parece que se te va a salir de tu pequeño pecho...; Y vas creciendo entre personas que apenas conoces pero que laten del mismo modo, que sienten lo mismo, que se estremecen como tú, entre cánticos y una pasión que, como dentro del vientre, sientes sin importarte el balón ni el fútbol, algo que te empuja a seguir hacia adelante pase lo que pase, por mucho ruido que se escuche en otros lugares, por muy fuerte que se escuchen. El secreto del beticismo es que el corazón no late más fuerte por el sentimiento al Real Betis Balompie, porque el corazón es el propio Betis. Vive dentro de él y late por él.
Y todavía lo preguntan..., todavía no se entiende el cómo al Betis pueden llamarlo grande, no entienden que late el Betis, no late el corazón, no entienden que su grandeza va más allá de un balón y un partido de fútbol. No entienden como es el club andaluz con más peñas y más seguidores, repartidos por toda Andalucía, toda Cataluña y toda España, por todo el mundo entero..., ¿cómo van a comprenderlo?, no pueden, sólo los elegidos son creados con un corazón que late verdiblanco, que late un escudo, que late porque el Betis es nuestra vida, sin él no viviríamos, ese corazón dejaría de latir.
Y así será. Ese Betis latirá siempre, hasta que deje de hacerlo y deje paso a ese alma enamorada, esa que jamás dejará de estarlo, porque el Betis no es fútbol, no son títulos, no los necesita, porque no hay título más grande para un bético, que sentir al Betis y no a su propio corazón, ése que con el alma, sólo existe para amarlo.
Alabados los nacidos béticos, porque suya es la vida eterna.
Artículo hecho por Javier Alves.
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