Reconozco que me llené de dudas cuando saltó la
noticia de la contratación de Rafael Van der Vaart por el Betis. Y no porque no
haya sido buen futbolista o no haya tenido talento, sino por mi convencimiento
de que no venía siendo lo que fue, más bien para aportar lo que pudiera
aportar. Y supongo que todos aquellos que llenaron la zona de preferencia del
estadio Benito Villamarín el día de su presentación, pensaron prácticamente lo
mismo..., al fin y al cabo vestiría la camiseta de las 13 barras verdiblancas
uno de los futbolistas holandeses más talentosos. Un futbolista del que se
esperaba más de lo que al final ha demostrado, lejos de aquel futbolista que
debutara con el primer equipo del Ajax en el año 2000.
Aparte de la ilusión de algunos béticos, el resto del beticismo veía con
recelo el fichaje del futbolista. Muchos eran los motivos de ello, entre otros
el pensamiento de que venía a pasar unas vacaciones cerca de "su tierra
materna", Chiclana de la Frontera, cerca de los suyos, el convencimiento
de algunos de que se dedicaría más a disfrutar de su familia, que a aportar
algo en un equipo que iba a necesitar de su fútbol, sin duda, en su regreso a
la máxima categoría del fútbol español. El tiempo, sus presuntas salidas
nocturnas y su poca implicación en el proyecto, aportando apenas nada a la
causa, fue dándole la razón a todos aquellos que estaban convencidos de que Van
der Vaart había venido al Betis "a verlas venir", valga la
redundancia, y no a resucitar al gran futbolista que fue..., porque lo fue...
La gota que colmó el vaso de todos estos, tras una lesión en pretemporada,
Van der Vaart debuta con la camiseta del Betis en partido oficial en un
encuentro en el Benito Villamarín ante el Deportivo de la Coruña. Durante el
partido, un choque fortuito con Ruben Castro, deja dolorido al futbolista sobre
el terreno de juego que, `ni corto ni perezoso´, ante la perplejidad de los
37.000 aficionados que se dieron cita ese partido y el enfado tremendo del entonces
técnico del Betis Pepe Mel, decide levantarse por su propio pie y abandonar el
terreno de juego sin dar explicación alguna a nadie..., algo que no sentó bien
ni a aficionados, ni a entrenador ni a compañeros, en la prueba feaciente de
que Van der Vaart no estaba por la labor..., estaba "en fuera de
juego" y, ni siquiera iba a proporcionar una pérdida de tiempo a su equipo
(que en ese momento necesitaba)..., la prueba clara de que mientras pudiera, se
iba a quitar de en medio.
Tras aquello, nada más se supo de él con la camiseta del Betis. Incluso,
éste que escribe, ha tenido la oportunidad de presenciar más de un
entrenamiento del Betis esta temporada, pues me sorprendía bastante que no lo
convocaran nunca y fui a comprobar con mis propios ojos el porqué. La prueba
fue que aquel futbolista que tenía un toque de balón exquisito y ante un Betis
falto de ello y de fútbol en general, se había convertido en otra cosa. Que su
trote (porque eso no es correr) en los entrenamientos, con una falta de
intensidad palpable y una presunta falta de compromiso y bajada de brazos, me
respondieron del porqué un futbolista de esa categoría, no aportaba nada en
este pobre Betis. Muy triste ver a un futbolista de su categoría, con la
camiseta de mi Betis, en ese estado.
Hoy, tras una temporada en la que el Betis se ha salvado holgadamente pero
en la que nada ha tenido que ver el nombre de Van der Vaart, en un futbolista
que no cobra los emolumentos de un canterano precisamente, aún no hay noticias
de su salida, ni de que él esté poniendo de su parte para ello, al menos
noticias no hay....; No hay noticias de dignidad..., de dar gracias al Betis
por la oportunidad que le ha brindado, dando un paso al lado, marchándose lo
más digna posible, dejando que ocupen su lugar futbolistas jóvenes,
competitivos, con hambre de fútbol, con ganas de entrenar y ganas, pues su
"inerte ficha" ocupa un lugar que pudiera ser aprovechado por algo
que aporte más de lo que ha aportado o pueda llegar a aportar ya a estas
alturas este genial futbolista que debería plantearse muchas cosas en esto del
fútbol de élite.
... Pero parece que no va a salir de él, el decir "oye que me voy
porque no estoy ya para esto, al menos para una de las mejores ligas de mundo
(sino la mejor)" y aliviar tanto las arcas del club, como dejar su ficha
para posibles fichajes. Yo entiendo que no tiene porqué, que él firmó un
contrato con un sueldo estipulado, que la culpa fue de Maciá por ficharlo, del
Betis; Que aquí se vive muy bien, que la Ciudad del Betis es una gran ciudad...,
comprendo perfectamente la cercanía de Chiclana y de su familia, que porqué no
se va a tener la oportunidad de poder demostrar lo que no ha podido demostrar
este año, pero tanto Rafael, como los destractores de su comportamiento y su
rendimiento, como éste que escribe, sabemos perfectamente que Van der Vaart ya
no va a volver a ser lo que fue, es palpable.
Si Rafael Van der Vaart tiene dignidad, si le tiene un mínimo respeto al
Betis, debe negociar una salida beneficiosa para las dos partes. Van der Vaart
debería mirar el vídeo de su presentación, observar las caras de todos aquellos
béticos que la presenciaron en el estadio, en directo, los que le dieron todo
ese cariño sin merecerlo aún, a los que ilusionó con su fichaje y a los que ha
decepcionado como hacia tiempo no decepcionaba un futbolista a orillas de la
Avenida de la Palmera. Si en algún momento ha tenido un mínimo de respeto hacia
este club, hágale un favor, señor Van der Vaart, negocie una salida y márchese
por favor, su "aventura" en el Betis ha terminado.
Artículo hecho por Javier Alves.
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