martes, 16 de agosto de 2016

CUENTAS Y CRÍTICAS EN BLANQUIAZUL

A pocos días del arranque liguero de Segunda División, empezamos ya con las suposiciones, que si hay equipo para soñar, que si no es suficiente y faltan fichajes, que si esta temporada hay que ir a por la permanencia y no pasar apuros… que si el objetivo ha de ser por historia –y la campaña de abonos, por una vez acertada y sin polémicas- el del ascenso.

Las estadísticas, siempre caprichosas, nos dicen más cosas. Los números, los fríos números nunca mienten. Analizando los guarismos de la temporada pasada observaremos que el líder de la categoría, fue el primero de la clase habiendo ganado la mitad de los partidos y con un balance de goles favorable de, tan solo, catorce dianas. El Alavés sube a primera con 75 puntos y veintiuna victorias.


Un año antes el líder fue el Real Betis el que con 82 puntos consiguió subir, siendo necesarios 60 para luchar por el playoff de ascenso. Tres años antes, cuando subió el Eibar con 71 puntos y Deportivo con 69, así como el Córdoba en la fase de playoffs, en el llamado final “esperpento de 7 palmas”, el playoff era mucho más fácil. En esos años, los números blanquiazules de la temporada pasada, a pesar del lastre de la etapa de Raúl Agné, hubieran prácticamente bastado para haber entrado en playoffs, que han de ser el objetivo mínimo de cara a la temporada que está a punto de comenzar.

No hace mucho, hablaba con una aficionada de las de ir al estadio, sacarse el bono, pagarlo a plazos, de las que vive mucho el Tenerife y me decía que a ver cómo se portaba este año la prensa, ya que a su parecer, la crítica no debe de existir porque eso lastra al club. Lo que hay que oir, le dije, como si D. Javier Pérez en su etapa al frente de la entidad, no hubiera tenido que soportar a Juan Carlos Castañeda, a José Manuel Pitti y a Jorge Vargas en su más excelsa etapa de crítica a la entidad, como si desde la crítica no se construyese un mejor club, una mejor ciudad, un mejor… todo. Para todo vale, pero no cualquier crítica, sino la constructiva. Lamentablemente, eso en el Club Deportivo Tenerife Sociedad Anónima Deportiva, hace años que no lo tiene, ni la constructiva, ni el “mea culpa” ni nada. Se limitan a aplaudir cualquier decisión de la presidencia, pase por el terreno que pase, sea la que sea… la gente se desencanta y, simplemente, dejan de ir, de acudir, resignados al “ya vendrán tiempos mejores” o “ya se marcharán éstos” pero, ¿y, mientras qué…? ¿seguir viendo como la historia se repite con la U.D. en primera y nosotros malviviendo en la segunda división? ¿seguir apostando por el baloncesto y el voleibol que tantas alegrías nos dieron en el pasado? ¿y el fútbol, qué…?¿y nuestro Tenerife? Van dos generaciones de tinerfeñistas que no saben lo que es celebrar no ya una clasificación europea, sino una permanencia por los pelos, a última hora en la última fecha o en la desaparecida promoción, van casi dos décadas desde que el Tenerife no acumula dos temporadas seguidas en primera. Y digo yo, ¿por qué no ilusionarnos en esta temporada que está a punto de empezar? 

Ante nosotros, unas cuentas nuevas, una temporada sin borrones, sin alegrías, ni desengaños, donde el conglomerado blanquiazul debe de volver a remar en el mismo camino, sin fisuras, pero siempre siendo críticos.
Artículo hecho por Paco Tovar.

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