Si ha habido una manera de calificar lo que en líneas generales ha deparado al Betis en su Historia, esa ha sido la de, en muchos casos, la urgencia; mal endémico que no suele llevar a buen puerto cuando las expectativas superan la realidad.
La coyuntura del Betis plantea el panorama de un club cuyo balance de números destinado para las adquisiciones ( que incluyen todo tipo de nóminas y rescisiones de jugadores considerados inservibles, mas lo ingresado por el traspaso de N´Diaye ), se acerca a la línea de un límite que, tal y como está el mercado, no capacita al club como para realizar una o dos inversiones elevadas; de ahí que para cerrar la plantilla se trabaje por lo menos en un fichaje de pago, mas una incorporación procedente de una cesión.
La coyuntura del Betis plantea el panorama de un club cuyo balance de números destinado para las adquisiciones ( que incluyen todo tipo de nóminas y rescisiones de jugadores considerados inservibles, mas lo ingresado por el traspaso de N´Diaye ), se acerca a la línea de un límite que, tal y como está el mercado, no capacita al club como para realizar una o dos inversiones elevadas; de ahí que para cerrar la plantilla se trabaje por lo menos en un fichaje de pago, mas una incorporación procedente de una cesión.
Por lo tanto, la apuesta de Haro es fuerte, pero aún así es muy recomendable la prudencia aún, máxime cuando, insistiendo en el principio del artículo, la economía quizá dicte la baliza sobre la que debe partir el Betis, unida por supuesto al necesario acierto de Torrecilla y de Gustavo Poyet, cada uno en su labor correspondiente. Finalmente, el balón será quien dicte cual será la realidad deportiva que va a vivir esta entidad.
Sabemos de cierta entidad que comenzó de cero, incluso con una deuda a sus espaldas, pasó al menos un trieno en la zona media de la clasificación hasta que luego vino lo que vino. El Betis debe, sobre el papel y el dictado de los números, aceptar una transición lo más tranquila posible, ir solventando lo que resta de la deuda, acumular ingresos por varias fuentes ( que incluirán el nuevo aforo del Estadio ) y consolidar de esta forma y con unas estructuras ampliadas paulatinamente, una base más perenne y de mayor calidad para el primer equipo. De esta forma, quizá de aquí a dos o tres años, el club estará preparado para dar el gran salto sin excusas. Porque, sin ser pretenciosos, sabemos que en ocasiones el Betis ha sido capaz de encaramarse cerca de lo más alto, a veces de forma inexplicada e inesperada; y si este año sucediera algo similar, habrá que ir revisando las nuevas opciones ante una también nueva situación que no se debería soltar. Pero por el momento, tranquilidad y piés sobre el suelo.
Articulo hecho por Rafael Medina.
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