Tras vivir anoche la última polémica con la Selección
Española de fútbol, Gerard Piqué ha dicho basta y ha anunciado que tras el
Mundial de Rusia de 2018, con sólo 31 años, lo deja.
Piqué siempre ha sido una persona valiente y honesta que ha dicho lo que pensaba a cada momento y esto le ha penalizado de principio a fin. Un hombre que lleva más de 80 partidos vistiendo la “Roja”, de hecho su hombre más en forma y que se ha partido la cara por esta selección, no merece ese trato desde los medios de comunicación (especialmente de Madrid).
Todo empezó con los pitos cuando visitaba cualquier campo de
España, incluso vistiendo la camiseta de la Selección Nacional y después una
cúmulo de comentarios malintencionados en las redes sociales o en varias
televisiones estatales, buscando cualquier indicio de mal comportamiento en el
jugador y en contra del sentimiento español.
Desde ese dedo, interpretado como una peineta a cámara,
antes del duelo de Eurocopa ante Croacia, hasta cortarse las mangas de la
camiseta por comodidad como hizo ayer, han sido una detrás de otra las
polémicas que han envuelto a Pique cuando viste la camiseta de España,
seguramente sólo por el hecho de ser un tío bromista, que azota al rival en sus
celebraciones, por ejemplo o por ser partidario al derecho a decidir en
Cataluña, cosa que no significa ser independentista.
Nunca se ha borrado de una concentración de la selección,
siempre ha dado la cara y ha tenido un rendimiento más que notable, cosa que
además ha hecho que todos los seleccionadores hayan contado con él, también
Lopetegui. El central ahora, se encuentra inmerso en la clasificación para el
próximo Mundial, muy ilusionado con el proyecto del entrenador vasco y por eso
no lo deja ahora, pero si ha dicho basta.
Así pues, Piqué se rinde.
A su edad, como campeón de todo y con una familia a sus espaldas, ha
decidido que no valía la pena continuar.
Artículo hecho por Meri (@Mtenas)
Artículo hecho por Meri (@Mtenas)
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