Hace poco más de un año la Unión Deportiva Las Palmas daba
un vuelco al mercado, a la vez que ilusionaba a la gran mayoría de la afición
amarilla, acababa de hacer oficial el fichaje de Kevin Prince Boateng. Sin
embargo, a unos pocos, dicho fichaje no nos convencía. Llegaba a la isla un
jugador con mucha calidad, sí, pero con un pasado fuera de los terrenos de
juego bastante polémico, lo que podía dar a pensar que venía a retirarse. Pero
desde un primer momento el internacional ghanés comenzó a demostrar que sus
intenciones eran otras, llegaba a la isla para volver a disfrutar del fútbol.
Desde su debut en Mestalla, en la primera jornada liguera,
Prince dejó claro que tipo de jugador era, con el descaro, el desequilibrio, la
fuerza y la gran capacidad goleadora como principales virtudes. A medida que
avanzó la temporada su importancia en el equipo era cada vez más grande,
aportando dentro y fuera del campo.
Un año en Gran Canaria le ha servido a Boateng, como él
mismo dice, para reencontrarse con el fútbol, para aislarse de todo aquello
negativo que a este rodea, para volver a disfrutar del deporte que le apasiona
y del cual vive. Por otra parte, un año de Boateng en la UDLP, en la isla de
Gran Canaria, ha hecho que el club crezca, futbolística y mediáticamente. Ha
aportado su experiencia, su carisma, ha promocionado el lugar donde vivimos con
más corazón del que cualquiera de nosotros lo haría.
Tras hace unos meses haber renovado, dada su felicidad aquí,
hoy se anuncia que el club y él llegan a un acuerdo para rescindir el contrato
que los une. El propio futbolista explicó los motivos en la tarde de hoy
durante una rueda de prensa de despedida. “Hay cosas más importantes que el
fútbol, la familia, y hoy necesito a mi familia cerca” afirmó Prince.
En ocasiones, futbolistas pasan en clubes una temporada,
dos, incluso tres, sin dejar marca alguna. En cambio, KPB en un año ha dejado
una gran huella en el Estadio de Gran Canaria, y estoy seguro que todo
aficionado amarillo lo recordará por algo más que sus goles.
Artículo hecho por Carlos Castellano (@charlyjcr)
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