lunes, 15 de agosto de 2016

UN PROYECTO LARGO ACORDE A LA REALIDAD

El papel efectuado por el equipo verdiblanco durante esta pretemporada ha sido seguido muy de cerca por los aficionados en las redes sociales, abundando opiniones de variados puntos de vista. Sin embargo no parece que una gran mayoría del beticismo sea consciente de que lo que es aparentemente la realidad económica y estructural de nuestra histórica Entidad.La realidad, a secas, ofrece un panorame que partiría en sus bases desde la intervención concursal, cuyos administradores impusieron y / o aconsejaron la manera de invertir los ingresos en cada Temporada. Los rectores béticos de entonces, partían (igual que los actuales también) desde la Fundación Heliópolis, asociación independiente pero que a su vez aglutina a algunos sectores del beticismo burgués y relacionado en parte y de una forma u otra a algunos poderes tradicionales de la cludad, fue quien llevó (y quizá lleve, porque no podemos afirmarlo ni desmentirlo) la manija de esta transición, a la que han llegado de forma más reciente en su ejecutoria, Ángel Haro y Luis Miguel Catalán.

El preámbulo anterior nos conduce a que la deuda heredada de anteriores administraciones, está casi saldada, pese a que con mayor o menor fortuna, siempre vigilada por los administradores, fue un clavo que impidió mayores metas para el Betis, unida también a alguna desafortunada gestión deportiva. Hoy en día, sólo restaría una temporada más para saldar aquello que otros dejaron, algo muy importante que no habría que olvidar para no difuminar la perspectiva actual.

Tener como se dice, el mayor disponible de la Historia, no sirve para mucho más si somos el 9º - 11º en esos ingresos. Mucho cuidado con la prensa, cuyo trabajo es el de cuando le interesa, endulzar y confundir la realidad al lector. Portales como Al Final de la Palmera, llevan ese camino muy dado a la confusión.
En torno a lo anterior, la apuesta de Haro es a priori más fuerte de lo que a lo mejor traduce la realidad. Normal también que se exagere, porque hasta el mismo Núñez Naranjo, honrado presidente que tuvimos, afirmaba ya en 1974 sobre la construcción de un estadio de 80.000 personas; Julio de la Puerta, en 1968, proyectaba una nueva Ciudad Deportiva; mientras que el mismo Villamarín aseveraba que Heliópolis tendría cabida para sesenta mil almas. Pero Haro no ha ido tan lejos, es más, se compromete a la devolución de las nuevas subidas de los importes en caso de no estar por encima del décimo lugar alcanzado en la Liga anterior.
Pero que aquí, nada más empezar a fichar Torrecilla, se afirme en redes sociales que este equipo jugaría en Europa el año que viene, parece una desfachatez que carece de piés y cabeza. Y luego, tras las primeras derrotas en pretemporada, el discurso social cambiaba radicalmente, llegandose a afirmar que éramos candidatos al descenso. No sé, de verdad, qué hubieran pensado los aficionados del Real Celta cuando en el primer año de Torrecilla se estuvo cerca del descenso a Segunda División B. Con todos mis respetos, el club celeste posee un historial muy similar al del Betis, salvo en títulos; y además mantiene una rivalidad ancestral y feroz con el Deportivo de la Coruña.
Cuando los medios no son suficientes, el objetivo parece ser conseguir navegar lo más tranquilos posibles y lograr una permanencia holgada. No me cansaré de decir que el proyecto apunta a por lo menos tres años más. Con Villamarín incluso, llegó a haber temporadas en que se rozó la promoción de permanencia o el descenso, como las 62-63 o la 64-65. Por lo tanto, lo importante es el ir acumulando mayor capacidad adquisitiva, mejorar los medios para ir aspirando a mejores resultados, que es lo que se merece la parroquia bética. De esta forma, no me voy a tirar de los pelos por quedar hipotéticamente en el doceavo o treceavo puesto, porque si la apuesta de Haro no se habría conseguido - el balón puede entrar o no -, sí se habría sobradamente logrado el por ahora objetivo para mí real.
De esta forma, construir un edificio tan complicado como es un club que se consolide y aspire a algo más de lo que por estos pagos estamos acostumbrados, que además tenga ambición y continuidad, no es flor de un día, le pese a quien le pese, a menos que aparezca un mecenas, lo que daría lugar a otro discurso que ahora mismo sobra. Eso sí, todo tiene un tiempo, pero ahora no lo veo para exigir más de lo que se puede o incluso tampoco algo más contundente. Es que ni me lo planteo, porque en primer lugar no lo deseo, ya que si las cosas marchan adecuadamente, es señal que los béticos de vez en cuando estamos disfrutando.

La Liga es larga: un día se pierde, otro se empata, otro se gana. Rueda el balón, y quien sabe si algunos detalles no vistos en años vuelven a repetirse o mejorarse. Sí, momentos quizá un poquito más que puntuales, porque ya va siendo hora; mas no es que no desee más que eso, sino que por ahora ni lo exijo ni lo planteo. 
  
Artículo hecho por Rafael Medina Delgado.

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