Mauricio Pelegrino se plantó con su equipo en el Camp Nou, invicto en la tercera jornada de Liga. Sabiendo que no tenían nada que perder, planteó un equipo duro con cinco defensas para intentar desbaratar todo el ataque culé.
Luis Enrique, por su parte, dejó fuera de la convocatoria a Sergi Roberto y Piqué y en el banquillo a Messi, Luis Suárez e Iniesta, consciente de que tras el parón de selecciones era un buen momento para llevar a cabo sus tan comentadas rotaciones. Aunque seguramente no contaba con el planteamiento de su rival y que sus hombres no estarían tan acertados como de costumbre. Pero, una cosa es hacer rotaciones con prudencia y cabeza y otra, cambiar a 8 jugadores en un mismo partido, dos de los cuales sólo llevaban 3 entrenos con sus nuevos compañeros.
Y de inicio se vio que posiblemente la vuelta de Neymar no
sería suficiente para meterle mano a esa defensa tan poblada y trabajada del
Alavés, ya que los hombres de Luis Enrique apenas eran capaces de crear peligro
y sólo inquietaban la meta de Pacheco con tímidos disparos lejanos que no iban
ni entre los tres palos.
El Alavés, por su parte, empezó tímido y mirando más su portería,
posiblemente por la majestuosidad del Camp Nou, pero al ver lo desacertados que
estaban los jugadores culés, se fueron animando y cada vez salían al
contrataque con más peligro, hasta que en el minuto 38, Deyverson aprovechaba
un centro perfecto de Kiko Femenía desde la banda derecha, para batir a
Cillessen, sin que el debutante portero culé pudiera hacer nada.
Todas las alarmas se encendían en el Camp Nou en ese momento,
pero quedaba aún mucho tiempo para intentar darle la vuelta en el marcador y no
consumar una derrota tan inesperada. Ambos equipos se marcharon al descanso con
sensaciones opuestas, unos queriendo mantener todo el trabajo de la primera
mitad y los otros queriendo darle la vuelta a la tortilla como fuera.
Todo parecía cambiar en la segunda mitad, cuando los hombres
de Luis Enrique pusieron asedio a la portería de Pacheco y consiguieron empatar
el partido por mediación de Mathieu a la salida de un córner, nada más empezar
el segundo tiempo. Pero fue un espejismo, porque justo después de otra ocasión
clarísima del mismo jugador francés a la salida de otro córner y tras un gol
anulado al Alavés por un fuera de juego riguroso, el talentoso jugador vasco,
Ibai, conseguiría batir de nuevo a Cillessen tras llevarse un balón dividido
dentro del área culé por ganas y fe.
En ese momento, Luis Enrique sacó toda su artillería pesada,
Suárez, Iniesta y Messi, que había salido momentos antes del segundo gol del
Alavés, pero ya nada se pudo hacer. El Glorioso se plantó en el Camp Nou con
toda su fe y sus ganas y se llevaron un merecido premio como ya habían hecho
anteriormente en el Calderón. Incluso Messi pudo empatar en el 93 con un
disparo ajustado al palo que se marchó fuera, cosa que demostró que ayer no era
el día y que había que levantarse y volverlo a intentar.
Artículo hecho por Meri (@Mtenas)
Artículo hecho por Meri (@Mtenas)
No hay comentarios:
Publicar un comentario