viernes, 23 de junio de 2017

CUANDO EL FÚTBOL NO ERA NINGÚN NEGOCIO

Muchas veces escuchamos eso de “El fútbol es un negocio”. 5 palabras. 1 frase como una verdad como el mismísimo Everest de altura.


Y es que tiene toda la razón del mundo. Desde los presidentes de las ligas y federación, hasta los jardineros de los clubes. Y todo solo por trincar dinero. Un dinero que por supuesto llega desde los bolsillos de los aficionados, en el que cada año, al menos en España, la gestión va a peor.

Primero por la gestión de los derechos de televisión. ¡Qué bonito era hasta hace un tiempo cuando algunos canales podían dar partidos en abierto sin restricciones de si juega Europa o no! Pero llegaron los que están y se empezaron a cargar el fútbol. Todos los partidos a través de plataformas de pago y que obviamente, no es nada económico, salvo un en abierto, pero que al no ser de equipos que juegan competición europea, no crean tanta audiencia para esos canales. Al igual ha pasado con la Segunda División. Una liga olvidada pero que es muy vida, y que afortunadamente, esta temporada al menos daban 2 partidos por jornada.

Nos quitaron la liga, luego la Europa League y próximamente la Champions. Es decir, básicamente todo será privado. ¿A quién beneficia más esto? ¿A los aficionados que no pueden ver un partido de su equipo, a los clubes (sobre todo a los de Primera, ya que lo que va destinado a Segunda y al femenino son los restos de un gran pastel)? ¿A los canales que tienen esos derechos y por los que cada año pujan más para ofrecer los encuentros? Pues no. Se lo lleva el organismo de La Liga y las federaciones. Que si 300 millones de un lado, que si 100 por otro… Y mientras, el país en crisis económica.
Y creo que no hace falta hablar del tema de las entradas ¿No? Sí, 70 y pico euros para ve un partido en X grada de X estadio o entre 40 y 80 euros que debe pagar los aficionados del Tenerife para ver a su equipo en el Coliseum Alfonso Pérez en una final de un play off. Luego saldrá Tebas diciendo que es la mejor liga del mundo, que es muy igualitaria, pero que no va la afición a los partidos. Y es normal. En Alemania o Inglaterra, las entradas no cuestan más de 30 euros. En el ejemplo que puse antes, para un partido de Segunda se puede llegar a pagar casi el triple.

Y luego el tema de los horarios. Con lo bonito que era poner la radio y escuchar 5 partidos a la vez, ¡Qué emoción! Y no uno un viernes o lunes por la noche o un domingo a las 12 de la mañana, solamente para que la población china vea los partidos. La Liga quiere imitar a la Premier, que lo ha hecho muy bien, pero es una copia falsa, ya que aquí nada ocurre bien. Ah sí, pero luego se les ocurre la maravillosa idea de multar a los clubes que no llenen las gradas que enfocan las televisiones.

Y ya ni hablemos de la Segunda B o categorías inferiores que gestiona la RFEF. Esos partidos a las  4-5 de la tarde a 35 grados, o incluso del fútbol femenino. ¡Qué agradable, no! "La mejor liga del mundo". ¡Ja, ja!


El fútbol es un deporte muy bonito, pero que cada día es más un negocio. En lugar de facilitar al aficionado el poder ver a su equipo, se aprovechan de ellos a través del dichoso dinero. Es una pena que el dinero mueva a las personas. Tenemos lo que queremos. Ojalá se le diese más importancia a los aficionados que al dinero, pero ya sabemos cómo va la cosa en estos asunto. Al menos, a nuestras futuras generaciones les podemos hablar de lo bonito que era este deporte antes de que se convirtiera en un negocio, en el que los beneficiados son los mismos de siempre.

Artículo hecho por Jordi (@jorditenerife95)

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