El día 20 de diciembre de 2017 será un punto de inflexión en la historia blanquiverde, el máximo accionista Carlos González -por fin- decidió vender sus acciones -98,7%- y dejar el club tras seis años y seis meses de su llegada. El madrileño pasará a la historia como el presidente que ascendió a Primera División con poco dinero invertido y por querer sólo llenarse los bolsillos a costa del sentimiento blanquiverde.
González llegó en 2011 asumiendo la deuda del club y realizando un pago de 4,25 millones. El presidente dijo en su presentación que se subiría en tres temporadas. La primera temporada se viviría en mi opinión la mejor temporada y mejor fútbol realizado de la mano de Paco Jémez, pero el equipo cayó en Play-Off ante el Valladolid. La siguiente temporada Paco Jémez se marchó, vino Berges y aunque el equipo iba bien la comparación era muy grande y la gente pidió su dimisión, vino Esnaider y el equipo no descendió por los puntos conseguidos en la primera vuelta. En la tercera temporada se realizó un equipo bueno, pero no suficiente para ascender. Villa sería el encargado de dirigirlo. Mediada la temporada Villa era destituido y llegaría el Chapi Ferrer y el famoso partido contra el Murcia, dónde el equipo estaba más cerca del descenso y el club decidió poner medio día del club, la afición se reveló contra la directiva e hizo una protesta y no entró al estadio -salvo pocas personas-. El Córdoba desde entonces empezó ganando partidos y acabaría el 22 de junio de 2014 ascendiendo a Primera División en Las Palmas gracias al famoso gol de Uli Dávila en el último minuto ante una afición que se encontraba ya en el césped celebrando el ascenso amarillo. El año en Primera sirvió para hacer el ridículo y descender con bastantes jornadas de antelación y para llenarse el bolsillo. El equipo descendió a Segunda y Oltra cogió el mando de la nave blanquiverde, gran temporada de los blanquiverdes que llegan líderes al mercado invernal de la mano de Florin, Xisco y Fidel, y en vez de reforzar líneas para ascender, se decide repartir dividendos y volver a llenarse los bolsillos. El equipo cae en Girona en el Play-Off. La siguiente temporada sigue Oltra, pero los malos resultados -debido a una plantilla mediocre- lo acaban destituyendo y llegaría Carrión, el cual hace un final de temporada excepcional y salva al equipo -aunque la afición no lo quería como entrenador por ser un palmero del presidente-. En esa temporada delegaría en su hijo Alejandro González como presidente de la entidad, aunque en la sombra el padre es quién mueve los hilos. En esta temporada Carrión sigue al frente del equipo y confecciona la plantilla -una plantilla falta de calidad y muy descompensada-. Ahora tras la presión de la afición, viendo que el equipo cómo último clasificado, lo que es lo mismo ve que no sacaría ganancia si el equipo desciende, entonces ha decidio vender, ha decidido dar el regalo de Navidad por adelantado a todo el cordobesismo.
En este paso de poderes entra en escena Jesús León, un cordobesista de Montoro que se hará cargo de la presidencia. Jesús León compra el 50% de las acciones junto a Luis Oliver -otro 50%-, todo por 8,5 millones de euros. Ahora se pagarán 3 millones de euros, en junio de 2018 5 millones de euros y medio millón de euros en junio de 2019. Llegan con la intención de devolver la ilusión a los cordobesista, por tanto desde aquí desearle mucha suerte, porque será la nuestra, la de todo el cordobesismo.
Artículo hecho por (@jlsanchez3)
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