Ambientazo anoche en el Camp Nou para recibir al Atlético de Madrid en el partido de ida de los cuartos de final de la Champions League.
Después de la derrota ante el Real Madrid en el Clásico del pasado sábado, el Barcelona llegaba dubitativo a éste partido. En cambio, los del Cholo Simeone venían lanzados gracias a su manita al Betis en la última jornada de Liga.
Pero la Champions es diferente a cualquier otra competición
y los equipos salieron al campo a hacer su papel. El Atlético presionando muy
arriba la salida del balón del Barça pero replegándose rápido, casi en el área,
cuando los culés atacaban. Los azulgrana, por su parte, tocando y tocando para
intentar buscar el hueco para perforar la zaga rojiblanca.
El Barça parecía muy recuperado de la debacle del fin de
semana aunque no conseguía inquietar los dominios de Oblak. Por su parte, los
Atléticos salían muy veloces a la contra aunque topando una y otra vez con unos
imperiales Piqué y Mascherano.
Pero la posesión del balón no siempre da sus frutos y menos
cuando no se tiene profundidad. Con un tridente desconectado que no se
encontraba, el Atlético fue quién golpeó primero tras una brutal asistencia de
Koke a Fernando Torres al borde del área culé que el delantero colchonero coló
por debajo de las piernas de Ter Stegen, sin que éste pudiera hacer nada para
atajar el gol.
Complicadas se ponían las cosas para los azulgrana, a los
que les volvían a entrar las dudas en su juego y en su físico hasta que el
mismo delantero Atlético les hizo un gran favor. Incomprensiblemente cometió 3
faltas casi consecutivas en acciones sin aparente peligro que conllevaron dos tarjetas
amarillas que lo mandaron a los vestuarios en el minuto 34 de la primera mitad.
A partir de ese momento, a los culés les podía la ansiedad
para intentar igualar el marcador cuánto antes pero fue Griezmann quien tuvo la
ocasión de ampliarlo, aunque Ter Stegen puso una mano providencial que salvó a
su equipo.
La segunda mitad parecía ir por los mismos derroteros de la
primera, pero fue un espejismo. Cuando Leo Messi hizo una chilena que se marchó
fuera por poco a la izquierda de la portería de Oblak la maquinaria culé empezó
a activarse. A raíz de ésta acción, empezaron un ataque y gol, con un vendaval
de ocasiones que hizo temer a los Atléticos que dejaran ya la eliminatoria
sentenciada en la ida.
Pero eso no sucedió porque “sólo” Luis Suárez consiguió
perforar la portería del meta esloveno. En el empate, aprovechó en boca de gol,
un disparo mordido de Jordi Alba en el minuto 62. Y en el segundo, apenas 10
minutos después, remató con un testarazo desde el punto de penalti un centro de
Dani Alves desde la derecha.
2-1 que deja todo abierto para la vuelta del miércoles que
viene en el Calderón donde ambos equipos tendrán que volver a poner toda la
carne en el asador si quieren estar en semifinales de la Champions League.
Partidazo.Artículo hecho por Meri (@Mtenas)
No hay comentarios:
Publicar un comentario