-Michel, sin margen
-Continúa la fragilidad mental de la plantilla
-El Sevilla, con paciencia, espera su momento.
Si existiera un manual de como acabar con el trabajo de todo un partido en tan sólo 1 minuto, bien se podría poner como ejemplo este Málaga. No es la primera ocasión que en lo que llevamos de campaña le ocurre al conjunto malacitano y le empieza a crear un problema bastante grave.
Arrancaba el partido en Sevilla con un calor contraproducente para el juego, y sobretodo, para el aficionado que tuvo que afrontar el partido en un autentico horno. Algún incidente en la grade, del cual el Señor Tebas debería hacerse y cuidar al aficionado.
Mientras, en el césped, el Sevilla se hacía dueño del balón e intentaba elaborar juego aunque sin mucho sentido. La, por entonces, perfecta disposición táctica de los pupilos de Michel anulaba por completo el juego sevillista, bien replegados y con ayudas constantes hacían quedar en uno y otro fuera de juego a los delanteros sevillistas. Tampoco ayudaba la poca velocidad y chispa que empleaba el conjunto de Nervión, probablemente por venir de jugar entre semana y la intensa calor ya mencionada.
Los minutos pasaban e incluso el Málaga se estiraba creando alguna ocasión de peligro por medio de Rolan o Mula. Con eso llego el parón a los 25 minutos de juego. Siguió el guión preestablecido por ambos conjuntos. El Sevilla con el balón pero sin profundidad y cayendo en la telaraña creada por el Málaga y éstos, relativamente cómodos al anular a la parte ofensiva del conjunto sevillano.
Arrancaba el partido en Sevilla con un calor contraproducente para el juego, y sobretodo, para el aficionado que tuvo que afrontar el partido en un autentico horno. Algún incidente en la grade, del cual el Señor Tebas debería hacerse y cuidar al aficionado.
Mientras, en el césped, el Sevilla se hacía dueño del balón e intentaba elaborar juego aunque sin mucho sentido. La, por entonces, perfecta disposición táctica de los pupilos de Michel anulaba por completo el juego sevillista, bien replegados y con ayudas constantes hacían quedar en uno y otro fuera de juego a los delanteros sevillistas. Tampoco ayudaba la poca velocidad y chispa que empleaba el conjunto de Nervión, probablemente por venir de jugar entre semana y la intensa calor ya mencionada.
Los minutos pasaban e incluso el Málaga se estiraba creando alguna ocasión de peligro por medio de Rolan o Mula. Con eso llego el parón a los 25 minutos de juego. Siguió el guión preestablecido por ambos conjuntos. El Sevilla con el balón pero sin profundidad y cayendo en la telaraña creada por el Málaga y éstos, relativamente cómodos al anular a la parte ofensiva del conjunto sevillano.
Llegó el descanso y salió el Málaga más confiado y con ganas de rascar algo del partido. Los de Michel empezaron a generar más llegada, tocar y tener más movilidad. Pero, como dice el refrán, "a perro flaco, todo son pulgas".
Corría el minuto 68 cuando en una internada de Corre en el área malaguista, Rosales metió la pierna y sin ni siquiera tocarlo, el colegiado Trujillo Fernández señaló pena máxima. Error del colegiado que sentenció a un Málaga que hasta entonces se había mostrado sólido en defensa. Banega no perdonó desde los 11 metros. Acto seguido, al minuto, un error de bulto de Rolón, pillaría al equipo fuera de posición, contra y Muriel que bate por bajo a Roberto. Mazazo y fin del partido.
Hasta ahí llego el Málaga, que tuvo alguna ocasión para meterse en el partido, palo de Adrián incluido.
Al final, 3 puntos para un Sevilla que tiró de inteligencia y paciencia y un Málaga que se vuelve de vacío de la capital sevillana. Vuelve a ocupar el farolillo rojo y Michel se queda sin margen de error. Si llega, se la jugará ante el Leganés en La Rosaleda.
Artículo hecho por (@SergioSpes)
No hay comentarios:
Publicar un comentario